El engaño conocido como «carnicería de cerdos» ha causado estragos financieros, como en el caso de Shreya Datta, una profesional tecnológica en Filadelfia, estafada por 450,000 dólares en una trama de romance y criptomonedas.
El estafador, haciéndose pasar por un comerciante de vinos francés llamado «Ancel», ganó la confianza de Datta mediante mensajes coquetos y videollamadas. Sin embargo, todo era parte de una compleja estafa que utilizaba videos falsificados y una narrativa elaborada para manipularla emocionalmente.
La historia de Datta comenzó en la aplicación de citas Hinge, donde conoció a «Ancel» y se vio envuelta en una relación virtual intensa. El estafador utilizó deepfakes y conversaciones diarias para construir una falsa sensación de intimidad y confianza.
A través de engaños sentimentales, «Ancel» convenció a Datta para que invirtiera en criptomonedas, incluso persuadiéndola para que tomara préstamos y liquidara su fondo de jubilación. La rápida propagación de este tipo de fraude, atribuido a grupos criminales del sudeste asiático, ha resultado en pérdidas significativas para las víctimas en Estados Unidos, con pocas posibilidades de recuperar el dinero perdido.
Aunque Datta recibió un ramo de flores y mensajes de aparente afecto, su confianza fue explotada cruelmente. La manipulación emocional y financiera, combinada con la vergüenza y el juicio público, ilustra la devastadora realidad de las víctimas de la estafa del cripto-romance.
A pesar de los esfuerzos por crear conciencia sobre este tipo de fraude, la falta de regulación y las técnicas sofisticadas de los estafadores continúan causando estragos en la vida de las personas.
