Los delitos de lavado de activos han ido cobrando cada vez mayor relevancia para las autoridades y el sector privado, lo que se traduce en que el número de los reportes de operaciones sospechosas de este tipo de ilícito que se envían a la Unidad de Análisis Financiero (UAF) han ido aumentando en los últimos años, llegando a más de 5.000 solo en 2018.
Y un sector que ha llamado particularmente la atención ha sido el inmobiliario.
“Es un área atractiva para el lavado de activos”, afirmó Javier Cruz, director de la UAF, tras su participación en el seminario “Lavado de activos e industria inmobiliaria: mejores prácticas, desafíos y problemas”, organizado por la UAF, Chile Transparente y Transparencia Internacional.
Cruz enfatizó que “el sector inmobiliario siempre será un área que despertará interés, ya que los montos que se invierten de una vez son muy altos y existe una multiplicidad de formas de invertir, ya sea, creando propias empresas de construcción, propias empresas de desarrollo inmobiliario, participando en su propiedad o invirtiendo en bienes raíces que otras inmobiliarias van desarrollando”.
Por su parte, Manuel Marfán, presidente de Chile Transparente y exvicepresidente del Banco Central, señaló que “en general, los países a medida que son más ricos, comienzan a ser más atractivos para hacer ese tipo de negocios, pero no parte de chilenos, sino que Chile como plaza para que se laven activos desde otros países, donde el sector inmobiliario se vuelve un foco interesante”.
En paralelo, el exministro de Hacienda hizo una crítica al uso del secreto bancario en Chile. “Yo tengo la impresión de que Chile está quedando pasado de moda mientras todavía se mantenga el secreto bancario para efectos financieros, pues al final depende de la voluntad de un ejecutivo y no es una política que se aplique por igual en todos los bancos”, acusó.
ALD/LT