Las autoridades de Benín y Nigeria han lanzado en colaboración con Interpol una operación conjunta contra la trata en la que han rescatado a 216 posibles víctimas, en su mayoría niños que trabajaban en la venta ambulante, como mozos de carga, en empleos domésticos o la prostitución.
Interpol ha explicado que la Operación Epervier II se ha desarrollado a principios de abril y, en ella, han participado unos cien agentes de los dos países africanos. Benín y Nigeria están considerados países de origen, tránsito y destino para la trata de seres humanos.
Las fuerzas de seguridad han detenido a 47 sospechosos y se han incautado de vehículos, teléfonos y ordenadores durante la operación, que según Interpol ha tenido como ha perseguido presuntos casos de abuso en mercados, aeropuertos, puertos y áreas fronterizas.
El director de crimen organizado de Interpol, Paul Stanfield, ha apuntado como objetivo de la operación «grupos que se mueven por dinero» y ha señalado que tanto Benín como Nigeria son países de origen, tránsito y destino para la trata de personas. «Es complicado (detenerlos) por la falta de recursos», ha reconocido a la Thomson Reuters Foundation.
AMENAZABAN A LOS NIÑOS
De los 157 menores rescatados durante este despliegue, 121 son niñas. Se trata de menores de entre 11 y 16 años, el más joven de los cuales se veía obligado a pasar de contrabando cargamento pesado como sacos de arroz a través de la frontera entre Benín y Nigeria.
La mayoría de las víctimas sufrían todo tipo de palizas y abusos y las mafias les amenazaban con matarlas o con no permitirles ver de nuevo a sus padres. Ahora han quedado al cuidado de los servicios sociales o de ONG, si bien en algunos casos ya han podido ser devueltos con sus familias.
El Índice Global de Esclavitud, elaborado por Walk Free Foundation, estima que el 0,8 por ciento de la población de Nigeria, 1,4 millones de personas, vive como esclavos. En el caso de Benín, con once millones de habitantes, se calcula que hay 58.000 esclavos.
ALD/Europapress