En entrevista , la secretaria de la Función Pública dice las cosas como son: “el gobierno anterior nos entregó un Estado en llamas.
No solamente por el mal uso de los recursos públicos a nivel de la administración pública, sino también por el ‘huachicoleo’; digamos, esa depredación de los recursos financieros, los recursos materiales y los recursos humanos, que es lo más grave. “Limpiar las escaleras de arriba para abajo” fue una de las frases que se convirtió en el slogan de la campaña del actual presidente de la República.
Irma Eréndira Sandoval es la encargada de poner orden en el servicio público; las auditorías empiezan a mover la estructura burocrática, teniendo como objetivo el combate a la corrupción. La inhabilitación de dos altos funcionarios de Pemex del sexenio pasado (uno de ellos, Emilio Lozoya) y la multa al otro por casi 620 millones de pesos, es el preludio de una batalla contra la impunidad.
“Como sabes, ya hemos inhabilitado a Odebrecht; estamos muy cerca de anunciar inhabilitaciones a funcionarios públicos de alto nivel de esta empresa productiva del Estado que es Pemex, del más alto nivel, junto con funcionarios de muy alto rango del gobierno pasado.
Entonces, sí estamos trabajando para cerrar los casos que estaban abiertos, siempre y cuando, obviamente nos apeguemos a los procedimientos sancionadores”. “Los mexicanos están esperando el combate a la impunidad”, continúa la funcionaria, “no solamente el combate a la corrupción que se está dando con estas medidas proactivas para acabar con el derroche, medidas para adelgazar estructuras.
Estamos abriendo, cuando se puede, los casos de investigación y cerrando los que ya venían abiertos y que no habían estado empujados correctamente en términos de sus procedimientos y de las diligencias verdaderamente hechas con responsabilidad”.
Hay quien dice que los auditados son exclusivamente los “enemigos” políticos; los del “otro bando”, pero Irma Eréndira Sandoval asegura que no es así: “Aquí no hay venganzas, no hay vendetas, no hay componendas y no hay ajustes de cuentas políticos.
No va a haber una utilización facciosa de la ley y simplemente sí va a haber mucha pulcritud y disciplina en aplicar las normas que ya tenemos, más apostar por nuevas herramientas”. Los usos y costumbres políticos del antiguo régimen se caracterizaron por su fastuosidad y poca transparencia. La «estafa maestra» fue uno de los casos más emblemáticos de corrupción del sexenio pasado; ese entramado tenía como base los fideicomisos y fondos que se transformaron en la gallina de los huevos de oro de burócratas de alto nivel y empresarios.
¿Cómo pretende el nuevo régimen detener estas fugas del dinero público? “La Ley Federal de Austeridad Republicana de Estado es muy interesante porque aborda tres aspectos centrales del lanzamiento del Estado”, dice la funcionaria.
“En primer lugar, evidentemente ataca el abuso de poder; se ejemplifica en todo lo que era la parafernalia del poder: lujos estériles, viajes continuos, asesores alrededor de los funcionarios, pero eso es la superficie de un fenómeno más ominoso.
La ley de Austeridad está comprometida a combatir el tema del abuso de los recursos financieros a través de fondos y fideicomisos sin ninguna posibilidad de rendición de cuentas de fiscalización y transparencia. No estamos hablando de poca cosa, lo que nos enteramos por investigaciones iniciales del abuso de los recursos financieros de todos los mexicanos, escondidos en fideicomisos, era gravísimo”.
En el año 2014 en el evento: “Los 300 líderes más influyentes de México”, el entonces presidente Enrique Peña Nieto sostuvo la tesis de que para combatir la corrupción se debe partir por reconocer que es un asunto de orden cultural.
En tiempos de la Cuarta Transformación ¿Podríamos hablar de una cultura de la corrupción mexicana? “Yo creo que ese político que habló de la cultura de la corrupción como un fenómeno cultural, tenía algo de freudiana su reflexión y su respuesta, porque sí era un poco cultural para ese sistema”, dice Irma Eréndira Sandoval.
“Sí hubo una cultura política de la corrupción y es la que prevaleció y es la que tenemos que seguir pugnando por minimizar, desaparecer y cauterizarnos de ella. Pero si es un asunto de cultura política de dominación que dejó muy maltrecho al Estado”.
“Te decía nos entregaron un Estado en llamas, un Estado saqueado, un Estado deslegitimado, y entonces el reto más importante es ganar la confianza. La corrupción como desafío es simplemente eso: un desafío que aspiramos a rebasar. Estoy segura que lo vamos a superar para lograr nuestro objetivo verdadero, que es la generación de una nueva ética pública en la administración del gobierno”.
ALD/Bajopalabra