El otro lado de las cifras macroeconómicas de Estados Unidos

La política nacional en Estados Unidos se ha vuelto esclava de indicadores macroeconómicos que tienen poca relación con el bienestar real. Para muchos comentaristas, la instantánea de una tasa de crecimiento del 3,2 % durante el primer trimestre de 2019, combinada con una caída del índice de desempleo al 3,6 % en abril, implica la reivindicación de las políticas económicas del presidente Donald Trump y, según algunos, aumenta sus chances de reelección.

En su defensa de la rebaja impositiva de 2017, a la que le atribuye un 1,1 % más de crecimiento anual del PIB en 2018-2019, el economista de Harvard Robert J. Barro escribe: “Doy por sentado que un crecimiento económico más rápido es mejor que un crecimiento económico más lento” porque “millones de personas se benefician de tasas de crecimiento más altas, que suelen estar acompañadas por mayores salarios y menor desempleo, lo que ayuda especialmente a los menos favorecidos”.

Según la última encuesta de Gallup, el 40 por ciento de los estadounidenses aprueban la rebaja impositiva de 2017, contra un 49 por ciento que la desaprueban; una valoración neta negativa confirmada por varias otras encuestas recientes. La opinión pública ve más allá de una mejora temporal del gasto y se preocupa por el aumento de la desigualdad de ingresos y riqueza y por el creciente déficit fiscal, , lo más probable es que prevean futuras alzas de impuestos.

El Tiempo

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