La Corte Penal Internacional (CPI) declaró culpable por trece crímenes de guerra y cinco de lesa humanidad al exrebelde apodado «Terminator», Bosco Ntaganda.
Ntaganda, tras una vida de violencia y extorsión en la República Democrática del Congo (RDC).
Ntaganda, un tutsi nacido en Ruanda y nacionalizado después congoleño, era acusado de permitir violaciones a menores de edad, reclutar a niños soldados y masacrar a la población civil en la provincia de Ituri (noreste de RDC).
Sin embargo, en los alegatos finales del juicio en La Haya (Holanda) se mantuvo firme en su decisión de declararse inocente de todos los cargos y afirmó: «Soy un revolucionario, no un criminal».
Según informó Human Rights Watch (HRW) en 2013, Ntaganda reclutó para su grupo al menos a 149 niños y jóvenes.
Así lo expresó a la organización una mujer de Birambizo, en Kivu del Norte: «Nos pidió que le entregáramos a nuestros hijos, nuestros alumnos, para luchar. Vino él mismo a nuestra aldea», dijo esta congoleña».
La Corte Penal Internacional ya había emitido su primera orden de arresto contra el guerrillero en 2006, bajo la acusación de reclutar a niños soldado durante la Segunda Guerra de RDC (1998-2003), pero el presidente del país en aquel momento, Joseph Kabila, se negaba a detenerlo y alegaba que no quería poner en peligro la paz nacional.
Durante el juicio en la CPI, los abogados del acusado consideraron que el propio Ntaganda debería ser tratado como víctima, puesto que él mismo fue un niño soldado. La fiscal Bensouda, sin embargo, definió a «Terminator» como alguien «tan peligroso como Joseph Kony», el criminal más buscado de Uganda y líder del rebelde Ejército de Resistencia del Señor (LRA), acusado de graves violaciones de derechos humanos.
Reuters