La agencia de viajes británica Thomas Cook, celebra un consejo de administración decisivo, intenta por todos los medios evitar una quiebra que podría afectar a 600.000 turistas.
Thomas Cook mostró un plan de reestructuración en el que la empresa Fosun tomaría el control de sus actividades de turoperador y los acreedores. Aunque la agencia de viajes está tratando de convencer al gobierno británico para que aporte fondos.
Sin embargo, los 900 millones de libras (1.020 millones de euros, 1.120 millones de dólares) prometidos no son suficientes y por eso la compañía necesita otros 200 millones de libras (unos 227 millones de euros, 250 millones de dólares) para continuar con sus actividades.
El sindicato TSSA le escribió a la ministra de Empresa e Industria, Andrea Leadsom, para solicitar una «reunión urgente» y le pidió que esté «preparada para ayudar a Thomas Cook con un verdadero apoyo financiero».
AFP