Policía del Vaticano allanó oficinas de la Secretaría de la Santa Sede y su AIF

La policía del Vaticano allanó el martes las oficinas de la Secretaría de Estado de la Santa Sede y su Autoridad de Información Financiera, o AIF, y retiró documentos y dispositivos electrónicos como parte de una investigación de presuntas irregularidades financieras, dijo un comunicado del Vaticano.

Se creía que era la primera vez que se buscaba en los dos departamentos pruebas que implicaran presuntos delitos financieros.

La Secretaría de Estado, el departamento más poderoso del Vaticano, es el centro neurálgico de su burocracia y diplomacia y el corazón administrativo de la Iglesia Católica mundial.

La AIF, encabezada por el abogado suizo Rene Bruelhart, es el controlador financiero, con autoridad sobre todos los departamentos del Vaticano.

La declaración del Vaticano no dio detalles, excepto para decir que la operación fue un seguimiento de las quejas presentadas en el verano por el banco del Vaticano y la Oficina del Auditor General y que estaban relacionadas con “operaciones financieras realizadas en el transcurso del tiempo”.

Una importante fuente del Vaticano dijo que creía que la operación, que según la declaración había sido autorizada por los fiscales del Vaticano, tenía que ver con transacciones inmobiliarias.

Desde la elección del Papa Francisco en 2013, el Vaticano ha hecho grandes avances en la limpieza de su reputación financiera, a menudo turbia.

El año pasado, un ex jefe del banco del Vaticano y un abogado italiano fueron a juicio para enfrentar cargos de lavado de dinero y malversación de fondos a través de negocios inmobiliarios. Todavía está en progreso.

En mayo, la AIF dijo que los informes de actividad financiera sospechosa en el Vaticano alcanzaron un mínimo de seis años en 2018, continuando una tendencia que los funcionarios dijeron que mostraban reformas en marcha.

Durante décadas, el banco, oficialmente conocido como el Instituto de Obras de Religión, o IOR, se vio envuelto en numerosos escándalos financieros como italianos sin derecho a que se abrieran cuentas con la complicidad de personas corruptas.

Cientos de cuentas se han cerrado en el IOR, cuyo propósito declarado es administrar fondos para la Iglesia, empleados del Vaticano, institutos religiosos o organizaciones benéficas católicas.

En 2017, Italia puso al Vaticano en su “lista blanca” de estados con instituciones financieras cooperativas, poniendo fin a años de desconfianza.

El mismo año, Moneyval, un organismo de supervisión del Consejo de Europa, dio a las reformas financieras del Vaticano una evaluación principalmente positiva.

ALD/Reuters

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