Un juicio por narcotráfico en Nueva York esta semana amenaza con revelar una conspiración entre el gobernante Partido Nacional de Honduras y un grupo de narcotraficantes en un remoto rincón de Centroamérica.
En estos días, la remota y montañosa región del occidente de Honduras donde vive acapara los titulares después de que los narcotraficantes aprovechan su ubicación estratégica cerca de la frontera con Guatemala para traficar cocaína destinada a Estados Unidos.
«Supongo que hay corrupción en todas partes, pero en las noticias dicen que Honduras es el país más corrupto del mundo», afirma con su sombrero en la cabeza y sentado en un banco del parque bajo los frondosos árboles de Gracias, una localidad colonial de calles empedradas.
Esta semana, Gracias será el foco de atención de un importante juicio por narcotráfico en Nueva York en contra de Juan Antonio ‘Tony’ Hernández, miembro de una de las familias políticas más prominentes del pueblo y hermano del presidente hondureño Juan Orlando Hernández.
Es un secreto a voces que los narcotraficantes se apoderaron en los últimos años de esta región montañosa de bosques de pinos tropicales en el noroeste de Honduras. Pero en juicio podría levantar el velo sobre las presuntas actividades ilícitas de Hernández y otros acusados, al igual que la niebla que cubre las laderas cubiertas de pinos.
Domingo Gutierrez, un cafecultor en Gracias, Lepmira
La semana pasada, Univision Noticias pasó cuatro días entrevistando a funcionarios locales y ciudadanos para hacerse una idea del potencial impacto político del juicio que ha cautivado a los residentes.
«No nos importa qué partido político esté involucrado, sólo queremos que se investigue y si son culpables deberían pagar por sus crímenes», dijo Gutiérrez.
«Narcotraficante violento»
Tony Hernández, junto con otros tres acusados, es señalado de ser un «importante narcotraficante violento», que sobornó a altos funcionarios hondureños para traficar con tranquilidad envíos de cocaína de varias toneladas. También obtuvo influencia política tras invertir millones de dólares en las campañas electorales de 2009 y 2013 de candidatos del Partido Nacional, entre ellos el presidente Hernández.
Tony Hernández se declaró inocente de los cargos.
El presidente Hernández, quien es señalado como conspirador pero no está acusado en el caso, también ha negado firmemente las acusaciones en su contra, achacándoselas a los traficantes que buscan venganza por sus medidas políticas en la lucha contra el narcotráfico.
El alcalde de Gracias, Javier Enamorado, un dentista de 48 años de edad, dijo que no creía las acusaciones. «Aquí estamos, en mi caso, asombrado, porque nunca vimos un posicionamiento económico que fuera fuerte como para como lo mencionan», dijo en una entrevista en su alcaldía en la plaza principal de la ciudad.
A pesar de todos los rumores sobre el narcotráfico, Enamorado dijo que Gracias seguía siendo un tranquilo pueblo cafetero, sin señales visibles de riqueza.
El parque central de Gracias, Lempira, muestra su historia indígena y de la época de la colonia española.
Familia «bien establecida»
«No tenemos ni la menor sospecha. Yo lo que conozco, de la familia Hernández es (que es) una familia distinguida… que ha tenido siempre su patrimonio bien establecido», dijo el alcalde.
Enamorado señaló que Tony y Juan Orlando Hernández son parte de una gran familia con profundas raíces en el pueblo. Su padre, Juan Hernández, quien también era un jefe político aficionado, o ‘cacique’ rural, tuvo 17 hijos. La familia posee el mejor hotel de la ciudad, la modesta Posada Don Juan, donde una habitación con aire acondicionado cuesta $53 por noche, con desayuno incluido.
Enamorado, quien también es miembro del Partido Nacional, ha fungido como alcalde desde 2010 y uno de los coacusados en el juicio de Nueva York es su exvicealcalde de 2010 a 2014, Mario José Cálix, un caficultor conocido localmente por su apodo ‘Cubeta’.
La Corte Suprema de Honduras anunció el martes que los funcionarios estadounidenses solicitaron la extradición de Cálix, aunque se desconoce su paradero.
Univision Noticias visitó su casa en Gracias y habló con su madre, Iris Hernández de Cálix, en el hotel y restaurante de la familia, La Finca del Capitán. «No he sabido nada de él en mucho tiempo», dijo con una expresión de dolor en su rostro. «Confío en su inocencia», añadió.
Un representante legal de la familia, José Madrid, también le dijo a Univision Noticias que los agentes antinarcóticos hondureños habían visitado las propiedades de la familia en febrero, y pidieron documentos legales, presumiblemente buscando evidencia de lavado de dinero. Se fueron con las manos vacías, dijo Madrid. «El hotel ha sido propiedad de la familia durante años. No se ha confiscado nada», agregó, y señaló que habían pasado ocho meses desde la visita de los agentes.
«Machetero»
Un político opositor local, Ramón López, de 40 años de edad, dijo que estaba tan sorprendido como todos por las revelaciones sobre Cálix y Tony Hernández. Dijo que creció jugando fútbol con Tony Hernández, de 41 años de edad, y que lo conocía como un típico ganadero que fue electo al Congreso en 2013. Recordó sus feroces ‘tacleadas’ en el campo de fútbol.
«No era tan bueno. Nosotros aquí le decimos a la voz popular, decimos machetero, de los que pegan», dijo.
En Gracias, Tony Hernández es recordado como un típico ganadero que fue elegido para el congreso en 2013, así como un apasionado jugador de fútbol.
Tony Hernández también tenía un bufete de abogados y ganó fama al representar con éxito a un colombiano arrestado durante una redada en un laboratorio clandestino de drogas en 2013.
Los residentes locales y algunos políticos de la oposición descartaron todas las declaraciones de inocencia como parte de un prolongado encubrimiento por parte del gobernante Partido Nacional para mantener su dominio político en la región. Aun así, también expresaron su conmoción por la magnitud de las presuntas fechorías.
«Tony era un monstruo, sólo que nunca nos dimos cuenta», dijo Yester Muñoz, de 47 años, exalcalde del Partido Nacional que antiguamente era allegado de Juan Orlando Hernández, pero dejó el partido y ahora es miembro por Gracias de la oposición en el Congreso.
Antes de que llegara el dinero de la droga, «Gracias era una aldea virgen», dijo. «De un pueblo pequeño nos hemos convertido en un nido de capos», añadió. «Nadamos en un charco de corrupción. Aquí donde usted toque, sale pus», añadió.
En poco tiempo, los empresarios y políticos locales comenzaron a mostrar señales de nueva riqueza. «Creció como bola de nieve. Comenzaron a construir grandes casas, había fiestas y caballos y autos de lujo», dijo. «Era un secreto a voces de dónde venía el dinero», agregó.
El aeropuerto
Los jóvenes andan por la ciudad compitiendo con motocicletas todoterreno de cuatro ruedas. En abril de 2016 el gobierno inauguró un pequeño aeropuerto en las afueras de la ciudad como parte de un plan turístico nacional para conectar las principales ciudades con las famosas antiguas ruinas mayas de Copán.
Pero los turistas nunca llegaron. En cambio, la pista ahora la utiliza casi exclusivamente el presidente Hernández, quien va de visita los fines de semana, y varios otros políticos locales que han construido viviendas en el área.
El aeródromo de Gracias, Lempira en Honduras, fue construido por el turismo, pero ha quedado inutilizado, excepto por el presidente.
Los residentes hablan en voz baja sobre los aviones que aterrizan en la oscuridad de la noche, sospechados de cargar cocaína desde Colombia y la costa atlántica hondureña.
«Es un despilfarro total de dinero, con toda la pobreza que hay en este país», dijo un pastor evangélico de 35 años de edad que detuvo su moto cerca del aeropuerto para hablar con los periodistas, pero que pidió permanecer en el anonimato. «Que Dios nos guarde de los malos. Dios les va a pasar la factura», añadió.
La pista de aterrizaje inutilizada se encuentra en las afueras de la ciudad custodiada por soldados. A lo largo de una carretera recién pavimentada que va más allá de la pista de aterrizaje hay una nueva colonia de viviendas, así como varias lujosas residencias modernas en construcción que se destacan en fuerte contraste con las modestas casas tradicionales de un solo piso en el pueblo.
«Campaña sucia»
La oficina del presidente no respondió a varios mensajes pidiendo sus comentarios sobre las acusaciones en torno a él y a su hermano. En un discurso ante la Asamblea General de las Naciones Unidas el miércoles, Hernández dijo que fue «víctima» de una «campaña sucia de desprestigio» por parte de narcotraficantes, policías corruptos y opositores políticos.
Bajando por un camino de tierra en las afueras de Gracias está la mansión personal del presidente, un gran complejo que ocupa varios acres y se esconde detrás de los árboles y una cerca verde de metal de 10 pies (3 metros) de altura.
La casa del presidente Hernández ocupa una gran parcela en las afueras de Gracias, Lempira. Pero solo se ve la bandera nacional. La casa está escondida detrás de una valla alta.
Después de pasar por la casa y tomar fotos y videos, un equipo de Univision Noticias fue seguido por 30 millas en el transcurso de varias horas por una camioneta con vidrios polarizados perteneciente a una empresa de seguridad privada, llamada Blindados y Mas. Univision Noticias le preguntó a la oficina del presidente si el auto fue alquilado a su equipo de seguridad, pero no recibió respuesta.
Muñoz describió haber crecido en el seno de una familia de modestos recursos, al igual que los hermanos Hernández, y cuestionó el rápido enriquecimiento del presidente con el salario de un funcionario público. «Ahora me extraña el gran salto, quisiera la varita mágica para ser multimillonario igual que él», dijo Muñoz. «No pudo hacerlo todo solo. Tiene que haber uno más grande. ¿A saber quién es?», se preguntó.
Según la acusación en Nueva York, una de esas personas es Alexander Ardón, el exalcalde de El Paraíso, un pueblo ganadero a unas 75 millas (120 km) al noroeste de Gracias en el vecino departamento de Copán.
El occidente de Honduras es una zona remota fronterizo con Guatemala y El Salvador.
Ardón fue imputado el 23 de enero por el mismo tribunal federal de Nueva York, acusado de importar «enormes cantidades de cocaína a Estados Unidos y de usar armamento pesado para proteger los envíos de drogas».
Dinero a cambio de protección
Según documentos judiciales, Ardón, de 43 años, confesó haber ayudado a Tony Hernández a recaudar $2 millones en dinero ilícito procedente del narcotráfico para el candidato presidencial del Partido Nacional Porfirio Lobo en 2009 a cambio de protección. Lobo ha negado esa acusación, aunque reconoció que se conocían a través de la política.
En 2010, Ardón presuntamente también accedió a ayudar a Juan Orlando Hernández a sobornar a sus legisladores con dinero procedente de drogas ilícitas para obtener los votos necesarios para llegar a la presidencia del Congreso Nacional.
Exalcalde hondureño será testigo en el caso de narcotráfico contra el hermano de…Exalcalde hondureño será testigo en el caso de narcotráfico contra el hermano del presidente Hernández
Luego, en 2013, también presuntamente donó $1.5 millones en ganancias procedentes del narcotráfico a la campaña presidencial de Hernández en el oeste de Honduras, donde Ardón era coordinador de campaña del Partido Nacional.
Ardón se entregó rápidamente a la Administración para el Control de Drogas de Estados Unidos (DEA) en febrero y los fiscales lo anuncian como el principal testigo contra Tony Hernández.
Por lo visto, Ardón era un alcalde carismático (que portaba armas de fuego), a pesar de que solo estudió hasta el quinto grado y a quien le encantaban los rodeos y las peleas de gallos cuando joven. «Era un líder nato que se preocupaba por la gente», según su exvicealcalde y amigo más cercano, Adonías Morales, de 53 años, quien es el actual alcalde de El Paraíso.
Adonias Morales, alcalde de El Paraíso y amigo íntimo de Alexander Ardon.
«La dupla perfecta»
Los dos hombres se unieron hace 12 años para tratar de abordar los problemas sociales, como el crimen y la falta de caminos pavimentados, escuelas y clínicas de salud, con el apoyo de un grupo de ciudadanos que se quejaron de que el gobierno nacional no había brindado los servicios básicos.
Mientras que Ardón era el líder, Morales era el cerebro, graduado en administración de empresas. Localmente los conocían como «la dupla perfecta».
Con profundas palabras de afecto por su amigo, Morales dijo que fue mentor de Ardón, ayudándolo a cambiar su comportamiento, incluso persuadiéndolo para que se rasurara, dijera menos malas palabras y dejara de usar sus pistolas y su guardaespaldas. No bebía alcohol, ni usaba drogas, dice Morales.
Las tasas de criminalidad disminuyeron drásticamente bajo su administración municipal, se pavimentaron las calles, se construyeron escuelas y clínicas médicas. También construyeron un nuevo e impresionante edificio municipal con un pórtico con columnas que se volvió famoso en los medios hondureños.
El edificio del municipio de El Paraíso se hizo famoso en Honduras, aunque el alcalde dice que se hizo con dinero del pueblo, no del narcotráfico.
Si algunas de las obras públicas pueden haber sido pagadas con dinero de drogas, los residentes dijeron que estaban agradecidos. Cuando se produjeron asesinatos, fueron principalmente entre narcotraficantes, agregaron.
«La gente siempre rumoreaba sobre el negocio de [Ardón]», dijo un residente local que pidió permanecer en el anonimato. «Independientemente de lo que [Ardón] andaba haciendo, había más seguridad», añadió.
Otros se quejaron de fraude electoral en las elecciones locales. «Había un control total para inclinar la votación hacia el partido que gobernaba», dijo un vendedor del mercado local. «Yo me iba a votar, pero cuando me presenté a la mesa ya habían votado por mí», dijo otro.
Nexos con el narcotráfico
Morales dijo que Ardón mantuvo en privado sus tratos comerciales y nunca supo el alcance de sus supuestos nexos con el narcotráfico. «No era rico, pero tuvo su época de bonanza,» dice.
Incluso, había dejado el presunto negocio de las drogas ilícitas hace varios años y esperaba evitar pagar sus pecados anteriores, cuando en enero salió la acusación en su contra por el tribunal de Nueva York, contó Morales. «Esperaba pasar la tormenta sin mojarse, pero las últimas gotas lo agarraron,» dijo.
Aun así, Morales dice que le resulta difícil creer que Ardón o Tony Hernández sean capaces de la magnitud de sus presuntos delitos de narcotráfico. El municipio de El Paraíso tiene una población de 28,000 habitantes, 10,000 de los cuales viven en la ciudad de El Paraíso, y un presupuesto anual total de apenas un millón de dólares, según Morales. Gracias, un municipio más grande y próspero, cuenta con 55,000 habitantes, de los cuales 22,000 viven en la ciudad y tiene un presupuesto anual de aproximadamente 2 millones de dólares, según el alcalde Enamorado.
Justicia estadounidense
Aunque sospecha del sistema de negociación de cargos de Estados Unidos, Morales reconoció que la policía y el poder judicial hondureños carecían de los recursos para enfrentar a los narcotraficantes.
«Fue un mal necesario», dijo, comparando la situación en Honduras con la guerra contra el narcotráfico en Colombia en las décadas de los ochenta y los noventa, cuando Pablo Escobar intentó convertir al país en un narco-estado. «Al igual que Colombia, Honduras estaba absorbida ya por mafias. Y no cualquiera iba a arriesgar su vida para tomar medidas contra las mafias», dijo.
También juró con una mano en el corazón que tiene una profunda fe y confianza en que Ardón dirá la verdad en la corte, aunque le resulte caro al Partido Nacional y al presidente Hernández.
«En este caso pienso que él (Ardón) tenía la idea de que a los norteamericanos no se les miente, ellos lo saben todo», le dijo a Univision Noticias en una entrevista. «Esa era una de las cosas que en alguna ocasión él me dijo, por eso yo pienso que él va a decir lo que realmente él sabe», añadió.
En fotos: los orígenes humildes del presidente de Honduras Juan Orlando Hernández
En esta casa de Gracias, Lempira, una provincia pobre y montañosa en el oeste de Honduras, nació Juan Orlando Hernández.
ALD/Univisión