Los procesos de defraudación financiera se sirven de una conducta inclinada a la búsqueda de ganancias para cometer fraude a las personas.
Por ejemplo las llamadas pirámides Ponzi, cuyo nombre viene del italiano Carlo Ponzi, que defraudó a miles de personas en Estados Unidos promoviendo un producto con grandes rendimientos que se pagaron a los primeros participantes con el ahorro de sus participantes.
En el studio “Decision-making and vulnerability in a pyramid scheme fraud”, de Bosleya, Bellemareb, Umwalia, y York, se analizó cuáles son los mecanismos que dan indicio para que las personas participen en este tipo de esquemas.
Sin embargo, este tipo de información solo resultó particularmente efectiva tratándose de personas que tuvieran educación preparatoria o superior o que demostraron tener habilidades cognitivas superiores al promedio.
Aunque las personas adquieran un conocimiento matemático básico desde muy tempranas etapas educativas, que les permitirá comprender mejor la información cuando se trata de decisiones financieras.
Además de tomar mejores decisiones que impliquen una adecuada evaluación del riesgo financiero con base en un mínimo de comprensión de la probabilidad de ocurrencia de los eventos que pueden provocar pérdidas o ganancias financieras
El Economista