Las bajas tasas de interés están resultando irresistibles para las corporaciones latinoamericanas.
Ahora que los bancos centrales están reduciendo las tasas de endeudamiento y los inversionistas están hambrientos de rendimientos, los prestatarios volvieron a los mercados de deuda, tanto en casa como en el extranjero, en las últimas semanas. Están haciendo caso omiso de una desaceleración económica y la incertidumbre política en la región que los mantenía al margen, con lo que han revertido la perspectiva del que sería un año lento para las ventas de bonos.
Después de una serie de emisiones desde principios de septiembre, las ventas de deuda denominadas en dólares de las compañías se dispararán aproximadamente 30% este año, a más de US$50.000 millones, según Fitch Ratings. Las ventas de bonos corporativos están en camino de alcanzar un récord en Brasil, que está liderando la recuperación de los mercados locales de deuda. Y aunque la mayor parte de la recaudación de fondos es para la gestión de pasivos, un aumento en el apalancamiento en la región muestra que las empresas de México a Chile han tomado préstamos para pagar nuevos planes de inversión, lo que indica una perspectiva optimista sobre el crecimiento.
“Deberíamos ver a las empresas regresar al mercado para financiar el gasto de capital”, asegura Omotunde Lawal, administrador de cartera en Barings, que administra alrededor de US$4.300 millones en deuda corporativa de mercados emergentes.
Las compañías “no habían estado en el mercado por varias razones, como el ciclo electoral, la recesión, etc. Por lo tanto, los niveles de deuda habían bajado”.
Por supuesto, algunas de las mayores ventas de deuda este año fueron de compañías que aprovecharon las bajas tasas para refinanciar la deuda con vencimiento en los próximos dos años.
Ese fue el caso de algunas de las compañías más grandes de la región, incluida la petrolera estatal de México, Pemex, que vendió US$7.500 millones en bonos para refinanciar deuda a corto plazo, y la empacadora de carne brasileña JBS SA, que vendió US$2.000 millones en notas para pagar bonos con cupones más altos.
“Definitivamente, una gran parte de esto es gestión proactiva de pasivos”, asegura Jay Djemal, director sénior de investigación crediticia para América Latina en Fitch.
Sin embargo, hay indicios de que más empresas están entrando en modo de expansión. El mes pasado, la minera de cobre más grande del mundo, Codelco, Minera México y la argentina YPF SA vendieron deuda para financiar inversiones. Incluso un emisor de Paraguay, Rutas 2 & 7 Finance Ltd., pudo acceder al mercado internacional vendiendo US$457,6 millones en notas de cupón cero con un rendimiento de 5%, en un acuerdo manejado por Goldman Sachs Group Inc. e Itaú Unibanco Holding SA.
La venta en Paraguay representó un rendimiento récord bajo para un bono sin grado de inversión de América Latina con una duración de al menos 10 años, según Baruc Saez, jefe de banca de inversión de Itaú para la región.
Ese salto en las ventas podría continuar hasta el próximo año si la actividad económica repunta. Se pronostica que la expansión regional se acelerará a 2% el próximo año desde 1,1% en 2019, según la estimación promedio de los economistas encuestados por Bloomberg.
“A medida que el crecimiento regrese a países como México y Brasil, se verá más gastos de capital y préstamos”, afirma Lawal.
Se espera que las razones de deuda neta a Ebitda, un indicador clave de endeudamiento, aumenten para fin de año a 2,35 veces, en comparación con 1,94 a fines de 2018. Los niveles de deuda de las empresas en el índice MSCI Emerging Markets Latin America habían estado disminuyendo desde 2016.
ALD/ Bloomberg