DEA y FBI desmantelaron una extensa red de halcones del Cártel de Sinaloa (CDS) que traficaba drogas, principalmente marihuana, de México a Estados Unidos a través de la Nación Tohono O’odham, al sur de Arizona.
Antilavadodedinero / Milenio
El pasado 25 de noviembre los 18 narcotraficantes detenidos se declararon culpables de «conspiración para poseer con la intención de distribuir una sustancia controlada en EE.UU».
Entre los detenidos está José Ángel Félix Ramírez, líder de la red criminal. La jueza de Distrito, Cindy Jorgenson fue la encargada de dictarles sentencia, que va de un año 10 meses a tres años y medio de prisión.
Según el informe del Departamento de Justicia estadunidense, publicado el 29 de noviembre, la organización criminal entregaba «los suministros necesarios»” para que los halcones pudieran permanecer en «ubicaciones estratégicas», por ejemplo la cima de una montaña, durante periodos prolongados.
La fiscalía de Arizona emitió una tarjeta informativa: «Para trasladar grandes cantidades de mariguana de México a Estados Unidos, la organización de narcotráfico se basó, en gran medida, en una sofisticada red de exploradores (halcones) en la cima de la montaña que usaban binoculares, radios y teléfonos celulares de alta potencia para guiar a los mochileros (mulas) alrededor de los agentes de la ley que trabajan en la zona».
Las mulas tenían que caminar a través de grandes tramos de la zona desértica perteneciente a la reserva de los Tohono O’odham, que en su lengua significa «gente del desierto» y que también tienen presencia en México, en el norte de Sonora, donde son conocidos como Pápagos.
La operación que desintegró a la célula del Cártel de Sinaloa se denominó «Rocky Top 2» y participaron distintas agencias estadounidenses, incluyendo la DEA (Administración para el Control de Drogas) y el FBI (Buró Federal de Investigaciones).
Las autoridades identificaron y desmantelaron ubicaciones específicas de la sofisticada red de halcones, aunque no se dieron más detalles al respecto; también incautaron dos toneladas de mariguana, informó el Departamento de Justicia.
Una de las principales conclusiones de la operación es que los sentenciados explotaron “la ubicación remota (entre Sonora y Arizona) y extendieron la frontera entre EU y México dentro de la Nación Tohono O’odham”.
Colaboraron también Investigaciones de Seguridad Nacional (HSI), que es una rama dentro de la agencia de Inmigración y Control de Aduanas (ICE), la Oficina de Asuntos Indígenas y autoridades tribales de la reserva. La zona es una de los puntos rojos que la DEA ha detectado a lo largo de toda la frontera entre ambos países y que denomina “áreas de alta intensidad en tráfico de drogas” (HIDTA, por sus siglas en inglés).
De hecho, la agencia concentrará el próximo año sus recursos en HIDTA de Arizona, Nuevo México, San Diego y Texas, como se informó en noviembre pasado. Scott Brown, agente especial a cargo del HSI en Phoenix, sostuvo que “la porción del desierto al oeste de la frontera plantea varios desafíos ambientales, sin embargo, cuando las fuerzas de seguridad federales, estatales, locales y tribales se unen, enviamos un mensaje claro al cártel: no operarás en la frontera con impunidad”.
Brown anunció en febrero pasado la acusación contra Joaquín Guzmán López y Ovidio Guzmán López, hijos de El Chapo, que sostiene que conspiraron entre 2008 y 2018 para distribuir cocaína, metanfetamina y mota hacia EE.UU.