La cumbre trilateral que los políticos de Pekín, Tokio y Seúl celebrarán en China entre el 23 y el 24 de diciembre debería contribuir a consolidar y coordinar sus posiciones ante la presión ejercida por EE.UU.
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Es una cumbre que llega muy a tiempo desde el punto de vista económico y político. Durante las reuniones, los países asiáticos deberán hacer la siguiente elección: aunar esfuerzos o ceder ante la creciente presión ejercida por EEUU.
En contraste con China y Corea del Sur, Japón todavía sigue experimentando dificultades que no le permiten reducir la fuerte influencia de Washington, opina Mijaíl Beliáyev, del Instituto Ruso de Investigaciones Estratégicas.
«Tokio tendrá que decidir finalmente con cuál de los dos frentes planea vincular su destino estratégico», enfatizó Beliáyev, aunque agregó que «las autoridades niponas no necesitan romper por completo sus relaciones con Washington».
Además, Beliáyev espera que, durante esta cumbre, los tres países tomen una posición conjunta respecto a las organizaciones financieras internacionales, sobre todo respecto a la Organización Mundial del Comercio (OMC) y el Fondo Monetario Internacional (FMI).
Según el interlocutor de la agencia, es importante que estos organismos no contrarresten el ejercicio del comercio libre y no permitan que se desencadenen guerras monetarias. Además, es imprescindible que los líderes de los tres países muestren su inclinación a solucionar todos los problemas económicos y políticos por medio de la cooperación multilateral.
Esta cumbre ofrece la oportunidad de mejorar y estabilizar las relaciones geopolíticas en la región de Asia Nororiental, coordinar posiciones respecto a los problemas existentes entre Japón y Corea del Sur, así como acelerar las negociaciones sobre la creación de una zona de libre comercio, considera Da Zhigang, director del Centro de Asia Nororiental ante la Academia de Ciencia Sociales de Heilongjiang.
«La cumbre en Chengdu ofrece al mundo muchas esperanzas de lograr resultados importantes que contribuirán a que se entable una cooperación multilateral no solo en Asia Nororiental, sino en la cuenca del Pacífico», declaró.
A su vez, Chung Jae-hung, colaborador científico del Instituto de Sejong, considera que no se puede esperar que la reunión tripartita vaya más allá del formato común. Esta cumbre es importante solo porque permite regular problemas entre los tres países y sus vecinos por vías diplomáticas. Uno de estos problemas es la situación en la península de Corea, que será uno de los temas centrales de esta cumbre.
Chung Jae-hung recordó que China y Rusia propusieron suavizar las sanciones impuestas a Pyongyang. Por eso es muy probable que el presidente chino, Xi Jinping, exhorte a su homólogo surcoreano, Moon Jae-in, a retomar las negociaciones con el país vecino.
Dado que EEUU y los países occidentales ven con malos ojos cualquier posibilidad que conduzca al ablandamiento de las sanciones impuestas a Corea del Norte, el Gobierno de Seúl se ve obligado a solucionar el dilema.
«Si rechaza la propuesta de China y Rusia bajo la presión de EEUU, llevará la contraria a la política anunciada por el presidente surcoreano, Moon Jae-in, dirigida a equilibrar las relaciones con Corea del Norte», concluyó.