El Ministerio de Seguridad, su entonces titular, Patricia Bullrich –junto al jefe de la Unidad de Información Financiera (UIF), Mariano Federici–, dijo en una conferencia que se debe resaltar la magnitud de la hazaña en curso. “Esto da para una tercera parte de El patrón del mal…entre los involucrados estaba el ex jugador colombiano de Boca, Mauricio “Chicho” Serna, además de la viuda y el hijo del fallecido Pablo Escobar Gaviria, quienes residen en Argentina.
Por El Ciudadano/AL
Explicó que la “cabecilla” del Narcotráfico era el empresario –también de aquella nacionalidad– Juan Bayron Piedrahita Ceballos; quien se encontraba preso por la misma causa en Estados Unidos.
En este punto supo revelar que la DEA participaba en el desbaratamiento de semejante gavilla junto a la UIF, la AFI, la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), la Procuraduría de Narcocriminalidad (Procunar) y, desde luego, los sabuesos a su cargo.
También se supo que ese día hubo otros 34 allanamientos. Y que fue detenido el presunto jefe local de la gavilla. Junto con su esposa, su contadora y su concuñado. Se trataba del abogado y empresario Mateo Corvo Dolcet.
El jefe de la Procunar, Diego Iglesias, una carta de la DEA firmada por un tal Steven Genevech, puso en conocimiento de la ramificación en la Argentina de una pesquisa por lavado de dinero que Piedrahita dirigía, diríase, por control remoto desde Medellín. Y su responsable local no sería otro que Corvo, de quien se adjuntó informaciones personales muy precisas.
Los datos fueron proporcionados por el célebre Marcelo D’Alessio, quien habría “caminado” a Corvo desde el inicio mismo del régimen macrista. Eso consta en una reciente presentación realizada por el hombre engarronado ante el juez federal Alejo Ramos Padilla.
Su nexo con Corvo fue María Santos Caballero y Sebastián Marroquín (las nuevas identidades legales de la esposa y el hijo de Escobar), quienes, sin violar ley alguna, cobraron una comisión del 4% de la transacción por haber establecido el contactos. Chicho Serna aparece en la historia por haberle vendido a Piedrahita dos propiedades. Y él pagó con esas escrituras su incorporación al proyecto de Corvo. Nunca hubo delito alguno entre estas cuatro personas. Lo cierto es que durante su ya remota juventud, Piedrahita no fue ajeno al negocio de las drogas.