Las autoridades judiciales saben que los pequeños mineros ilegales son solo el primer eslabón de una de las industrias criminales más lucrativas del mundo. Mientras que el otro eslabón es el lavado de dinero proveniente de estas actividades por parte de empresas que sirven de pantalla.
Por Primicias/ALD1
Según la fiscalía, estos mismos elementos hacen que seguir la ruta del dinero proveniente de la minería ilegal sea casi que imposible para las autoridades judiciales, según la Fiscalía.
El sistema de lavado de activos, según los gremios de mineros formales, se ha forjado sobre la base de una falta de reglamentos claros y actualizados para la venta de oro y de un régimen tributario simplificado.
De acuerdo con la Agencia de Regulación y Control Minero (Arcom), en Ecuador existen cuatro focos de minería ilegal: El distrito Carchi-Imbabura, ubicado a 114 kilómetros al norte de Quito. Paquisha, Zamora y Yantzasa en la provincia de Zamora Chinchipe, ubicada en la frontera amazónica entre Ecuador y Perú. Camilo Ponce Enríquez, en la provincia de Azuay. El distrito minero Portovelo-Zaruma, en la provincia costera de El Oro, también limítrofe con Perú.
Una de las crisis más
fuertes vinculadas a la minería ilegal se vivió a mediados de 2019 en el sector
de La Merced de Buenos Aires, Imbabura, al norte del país, cuando miles de
mineros ilegales fueron desalojados de una concesión privada, perteneciente a
la empresa Hanrine, subsidiaria de la australiana Hancock.
La Fiscalía investiga si el dinero que llegaba producto de la venta del material minero era reinsertado en el sistema financiero, luego de ser comprado a través de adquisiciones ficticias a empresas fantasma, en las provincias de El Oro, Azuay y Guayas.
El exministro de Recursos Naturales no Renovables, Carlos Pérez, señaló en ese entonces que los minerales extraídos eran trasladados a otras provincias para ser procesados. También reconoció que por la frontera ingresa material minero de Perú sin un origen lícito. En el distrito Portovelo-Zaruma esta realidad está presente desde hace unos 20 años.