Aunque ya terminó el impeachment, la hostilidad política en EEUU se mantiene. La popularidad de Trump se mantiene en 49%, la máxima desde que es presidente.
Antilavadodedinero / El País
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, se presentó este jueves en una rueda de prensa, al día siguiente de su absolución en el juicio político. Durante casi una hora contó chistes, se burló de políticos e introdujo falsedades sobre lo sucedió con la trama rusa y el escándalo ucranio. Llamó a los demócratas “corruptos” y “malvados”. Durante sus tres años de mandato, no hubo otro momento en que el mandatario se haya mostrado más ufano, ni siquiera cuando ganó las elecciones. El día después del histórico juicio da pistas del futuro: Trump afronta las presidenciales de 2020 como un contraataque.
“Hemos pasado por un infierno de forma injusta”, dijo al principio de su intervención, ante miembros de la Administración, legisladores republicanos, familia y seguidores. “Fue malvado”, continuó, “fueron policías sucios, filtradores y mentiroso”, dijo Trump.
Antes de hablar, apenas entró a la sala de prensa, levantó la portada de The Washington Post con el titular “Trump, absuelto” como si fuera un trofeo y dio un discurso que mezclaba la euforia y la sed de revancha.
La Cámara de Representantes, de mayoría demócrata, impulsó el pasado septiembre el tercer proceso de impeachment a un presidente en la historia de Estados Unidos a raíz de un escándalo de presiones a Ucrania por parte de Trump en busca de su beneficio electoral. El pasado miércoles, el Senado, donde se desarrolla el juicio en sí, absolvió al mandatario del senador de Utah, Mitt Rommey, que votó junto los demócratas a favor de destituirle.
“Esto es una celebración”, dijo, en otro momento, el presidente. El magnate que llegó a la Casa Blanca procedente de los programas de telerrealidad convirtió el discurso posterior a la crisis institucional más grave de su mandato en su particular fiesta. Abrazó a su hija Ivanka, hizo salir a su esposa, Melania, imitó voces de políticos, bromeo con sus legisladores.
El juicio político ya terminó, pero la hostilidad política en Estado Unidos, no. El republicano ha apuntado maneras para lo que viene el resto de este año electoral. El efecto boomerang de un juicio político contra Trump, la estrategia de revancha que el magnate neoyorquino podía aplicar tras la esperada absolución, siempre estuvo presente en los cálculos de los demócratas a la hora de impulsar un proceso semejante.
Este jueves todavía coleaba la polémica por la hostilidad exhibida en el discurso del estado de la Unión, el martes en el Congreso. Pelosi rompió la copia de la intervención del presidente en público, aún en la tribuna, un gesto muy polémico. La veterana demócrata argumentó que se trataba de un “manifiesto de mentiras”. También señaló que, independientemente del veredicto, el republicano “está imputado políticamente para siempre, no importa lo que diga o los titulares que muestre”. “Nunca se va a sacar esa cicatriz y la historia siempre lo recordará que fue imputado por socavar la seguridad de nuestro país”, añadió.
La popularidad de Trump, aunque baja, se encuentra en el nivel máximo de su presidencia (49%). No está claro el efecto que este juicio político va a tener en el ánimo de los electores.