El Contador: Capo que controla la coca en el sur de Colombia

“El Contador”, presunto jefe criminal y supuesto líder de su propio ejército en el departamento de Nariño, Colombia, es acusado de ser uno de los narcotraficantes más poderosos del país, lo que ha llevado a las autoridades a elevar a más de cinco veces la recompensa que ofrecen por él.

Antilavadodedinero / InSightCrime

El 8 de enero, la Policía Nacional hizo pública una lista de los criminales más buscados, acusados de atacar a exintegrantes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en proceso de reincorporación. Entre ellos se encuentra José Albeiro Arrigui Jiménez, alias “Contador”, un narcotraficante del municipio de Tumaco en el departamento de Nariño, ubicado en la costa Pacífica del país, quien controla el tráfico de cocaína en la zona.

Si bien las autoridades anunciaron el aumento de 82 a 500 millones de pesos colombianos (casi US$150.000) por información que conduzca a su captura, según informó Blu Radio, tanto la Fiscalía como el Ejército manejan diferentes versiones sobre su identidad.

De acuerdo con el diario El Tiempo, mientras Inteligencia Militar del Ejército asegura que Contador tiene entre 29 y 30 años y nació en el municipio de Cartagena del Chairá en el departamento de Caquetá, investigadores de la Fiscalía afirman que tendría casi 40 años y sería oriundo de Medellín.

Se cree que Contador se mueve entre los corregimientos de Vaquerio, Sabaleta, Llorente y Caunapi en Tumaco y sería el responsable del desplazamiento forzado de las comunidades indígenas Awá en esa región, según El Colombiano.

También es señalado de tener nexos con carteles mexicanos cuyos emisarios llegarían a esa zona del país a negociar cargamentos de droga y verificar la calidad de la cocaína.

De acuerdo con investigadores de la Fiscalía consultados por El Tiempo, Contador fue una ficha clave para los negocios de narcotráfico de la Columna Móvil Daniel Aldana y el Frente 29 de las FARC antes de la firma del acuerdo de paz en 2016.

Lo que diferencia a Contador es que supo aprovechar las oportunidades que surgieron luego del reacomodo del panorama criminal en Nariño tras la firma de los acuerdos de paz en 2016, gracias a una red de alianzas que, además, lo ayudaron a mantener su identidad en secreto.

Con la salida de las FARC hacia las zonas dispuestas para su desmovilización, Contador llegó al Pacífico para patrocinar a los grupos disidentes que iban surgiendo en la zona, presuntamente financiado por el Cartel de Sinaloa.

Se cree que el primero en recibir fondos de este narcotraficante fue Yeison Segura Mina, alias “Don Y”, fundador de la Gente del Orden, grupo que más adelante se convertiría en las Guerrillas Unidas del Pacífico (GUP) al mando de Víctor David Segura, alias “David”.

Posteriormente, Contador se alió con Mario Cabezas, alias “Mario Lata”, exintegrante del grupo narcotraficante Los Rastrojos y de las FARC, que fue excarcelado en abril de 2018 tras la prescripción de los cargos que se le imputaban.

Esta alianza le permitió a Contador tener hombres armados directamente bajo su mando, ya que Mario Lata convenció a un comandante local de las GUP de unirse a ellos y comenzó a reclutar hombres con promesas de mejores pagos.

Así habría nacido el grupo de Los Contadores, que de acuerdo con información de la Fuerza Pública reportada por El Tiempo tendría alrededor de 400 hombres.

El siguiente beneficiario de los fondos de Contador fue Walter Patricio Arizala, alias “Guacho”, líder del Frente Oliver Sinisterra (FOS), quien recibía dinero a cambio de permitir el libre paso de cargamentos de droga hacia el océano Pacífico a través de territorios bajo su control.

Sin embargo, la alianza entre Contador y Guacho terminó cuando este último llamó la atención de las autoridades del departamento tras el asesinato de tres periodistas del diario ecuatoriano El Comercio en abril de 2018.

Esta división llevó a un conflicto entre ambos grupos que continuó a pesar de la muerte de Guacho en diciembre de 2018 y en el cual el FOS perdió territorios estratégicos como Llorente y la zona del Alto Mira y Frontera, al sur del municipio.

La lucha entre ambos grupos continúa hasta hoy en la zona rural de Tumaco, a pesar de que existe un pacto de no agresión en el área urbana de este municipio.

La situación se ha complicado recientemente con la aparición de un nuevo grupo que se autodenomina Bloque Occidental Comandante Alfonso Cano, una disidencia del FOS que lucha por arrebatarle a este grupo el control sobre los municipios de Tumaco, Olaya Herrera, Magüí Payán y Roberto Payán en el departamento de Nariño.

En este último municipio la crisis humanitaria se ha recrudecido debido a los enfrentamientos. Solo en el mes de enero se registró el desplazamiento forzado de al menos 1.600 personas en esta zona.

Aunque no es claro cuál es el rol de Contador dentro de esta nueva pelea, se cree que este podría pactar con alguno de los dos bandos para continuar con el control del narcotráfico que mantiene en esta región del país.

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