La policía de Níger arrestó a 18 sospechosos de trata de personas y crímenes contra niños y rescató a 232 de sus víctimas, dijo INTERPOL en un comunicado.
El número, según el comunicado, incluye a 46 menores de edad, en su mayoría locales, menores de 18 años. Entre ellos había 37 niñas de 10 a 17 años que «habían sido forzadas a la explotación sexual». Otros niños habían sido tomados de sus familias y obligados a mendigar a través de la capital del país, Niamey.
El abuso causó «condiciones físicas graves, incluidas infecciones avanzadas por el virus del papiloma humano», por lo que los niños rescatados tuvieron que recibir atención médica inmediata, según el comunicado.
El resto de las víctimas rescatadas eran hombres de Ghana que fueron reclutados en línea y prometieron un «trabajo decente». Sin embargo, al llegar a Niamey, los traficantes confiscaron sus documentos de viaje y los esclavizaron por trabajo forzado, dijo.
«Ya se trate de niños, hombres o mujeres, los traficantes muestran poca consideración por la salud y el bienestar de las víctimas, son simplemente una mercancía para ganar dinero», dijo el Secretario General de INTERPOL, Jürgen Stock, al comentar sobre la operación ‘Sarraounia’.
Más de 100 agentes de la Policía Nacional de Nigeria participaron en la operación en numerosos puntos críticos de la capital. Antes de su despliegue, los oficiales recibieron capacitación sobre cómo entrevistar a las víctimas.
«La Operación Sarraounia ha arrojado mucha luz sobre varios grupos criminales y rutas de tráfico», dijo el jefe de la Oficina Central Nacional de INTERPOL en Níger, dijo el comisionado de policía Barka Dankassoua.
«Las habilidades que nuestros oficiales han aprendido se utilizarán a medida que hagamos un seguimiento de una serie de pistas», agregó.
El problema de Níger, como informó Reuters , es que el país es una fuente, un destino y un tránsito para la trata de personas al mismo tiempo. Miles de migrantes lo atraviesan camino al norte de África y Europa occidental cada año.
El año pasado, el país aumentó las condenas por trata de personas y capacitó a más agentes de la ley para combatir el crimen, haciendo un ligero progreso, según el informe anual del Departamento de Estado de Estados Unidos sobre la trata de personas (TIP).