El abogado Jorge Luis Litvin, especialista en ciberdelitos, describió las modalidades más utilizadas por los delincuentes y sus peligros.
Antilavadodedinero / lanueva.com
“Existen dos tipos de individuos: Los que fueron hackeados y los que aún no se enteraron”.
De esa manera, el abogado Jorge Luis Litvin describe la amenaza que constituye el ciberdelito y sus peligros, especialmente en tiempos de cuarentena, donde la mayor parte de la población pasa muchas horas del día frente a una computadora.
Recibir un mail, completar un formulario con datos confidenciales y hasta un chat con alguien a quien solamente conocimos de manera virtual, pueden ser el señuelo utilizado por un delincuente informático para conseguir a su víctima.
“El cibercriminal busca puntos vulnerables de acceso a la información”, señala el letrado, especialista en el tema y autor del libro “Hackeados” (se puede descargar en Internet), en el que describe las distintas modalidades utilizadas por estos individuos y brinda herramientas para “circular” por la red de manera segura.
Litvin afirma que desde el inicio del aislamiento preventivo, social y obligatorio impuesto por el gobierno, los peligros y la cantidad de delitos informáticos se incrementó en forma notoria.
“La fiscalía especializada de la ciudad de Buenos Aires dijo que se produjo un crecimiento del 500% en las denuncias. Esto demuestra que el delito aumentó mucho, porque el criminal no está en la calle, donde no hay nadie, sino que está donde se encuentra la gente, que es el entorno virtual”.
El letrado menciona que uno de los delitos más comunes es el fraude a través de lo que se denomina como phishing.
“Es utilizar un mail fraudulento, que se presenta ofreciendo alguna cosa, cuando en realidad lo que tiene es algún tipo de virus o pretensión de obtener datos personales o empresariales de forma ilegítima”.
“Recientemente se observaron correos en los que ofrecían la cura del coronavirus, el protocolo de actuación para cuidarse de la mejor forma o recetas para la vacuna. También supuestos mails de Netflix por temas de suscripción o de Apple mencionando una falsa verificación de cuenta”, sigue diciendo.
Describe que generalmente contienen un enlace que deriva a una página web o un archivo para descargar.
“Al hacerlo pueden pasar un montón de cosas. Un escenario posible es que la víctima complete un formulario con datos personales y contraseñas de una página y los termine entregando. Una situación peor es que dentro de esa información se encuentren datos de una tarjeta de crédito y puedan utilizarlos como quieran”.
Agrega que también se puede producir la descarga de un virus que tiene el poder de alterar o destruir datos, pero también sustraerlos y utilizarlos para extorsionar al damnificado.
“El ransomware es un programa que secuestra una parte de la computadora y luego surge un cartel que te avisa de esa situación y pide para liberarla una determinada suma de dinero en bitcoins (criptomoneda). Generalmente agregan una cuenta regresiva para apurar a la gente y quien no tiene realizado un backup, pierde todo si no paga”.
Casos más graves y con más peligros
Litvin menciona que los ciberdelitos que más preocupan son aquellos que atentan contra la integridad sexual de las víctimas, las que en gran parte son menores de edad.
Recuerda que días atrás el Gobierno recomendó la práctica del sexting como una manera de prevenir el posible contagio de COVID-19
“Si bien no es un delito, sí es fuente de otros como el grooming, que es el acercamiento de un mayor que puede seducir a un menor haciéndose pasar por una persona de su edad”.
“El Gobierno seguramente lo recomendó para los adultos, pero se olvidó que quienes mayormente practican sexting son los menores”, agrega.
Refiere que también se encuentra la difusión no autorizada de imágenes íntimas, que está contemplado en el Código Contravencional de la Ciudad de Buenos Aires.
“Uno debe entender que envía imágenes y pierde el control de las mismas”.
El especialista menciona otra serie de delitos que se producen en estos tiempos, como por ejemplo el hostigamiento digital.
“La gente está mucho en las redes sociales y es por allí donde difama o realiza los denominados delitos de injurias y calumnias. Lo poco que hacíamos en el mundo físico ahora lo hacemos en el digital, y al estar tanto tiempo encerrados y en la computadora, la gente cae en estas cosas”.
Consejos útiles
El letrado señala que al momento de tomar precauciones “hay que saber que estamos trabajando en Internet gracias a nuestra red personal, entonces lo que debemos hacer es protegerla con una contraseña que sea segura. También se debe tener una distinta para cada cuenta que tengamos”.
“Si uno abre la puerta de su casa, de su auto y de la oficina con llaves distintas, no puede pretender usar para todas las cuentas la misma. En el mundo físico o en el digital, si con una llave abrimos todo y la perdemos, aquel que la tenga obtendrá acceso a la totalidad de nuestras cosas y eso generar peligros”, explica.
Respecto a los correos electrónicos, indica que se debe “revisar que el remitente sea quien dice ser y esto se hace a través del dominio, que es lo que viene detrás del signo arroba”.
Menciona que se debe desconfiar cuando el mail “está dirigido en forma general, es decir, con frases como estimado cliente o clienta”.
“Hay que saber que las entidades bancarias o empresas jamás piden datos personales por correo y mucho menos números de tarjetas de crédito. También es aconsejable no acceder a páginas de bancos o cargar datos personales a través de vínculos que vengan en los correos, sino que lo mejor es dirigirse a los sitios web de esas entidades”.