¿Por qué es necesaria la figura de los «Jueces sin rostro»?. Uriel Villegas, juez federal en el estado de Colima, fue asesinado, junto con su esposa, Verónica Barajas, simplemente por hacer su trabajo, cumpliendo con la justicia.
Antilavadodedinero / Milenio
El Juez Villegas encabezaba procedimientos por narcotráfico, lavado de dinero, delincuencia organizada y robo de combustible. Uno de los casos que encabezaba involucraba al hijo del capo Nemesio Oseguera.
Este hecho abre la bisagra para analizar la adopción de la figura de “la Justicia sin rostro”. Italia, Colombia y Perú fueron los pioneros en impartir justicia a través de los” jueces sin rostro”, como consecuencia de las situaciones de violencia que vivían dichos países.
La protección de los jueces cuenta con un mimetismo que permite al funcionario gozar de un anonimato que le permite ocultar hasta su propia fisonomía cuando tenga que interrogar a los sindicados, para lo que se valdrá de modernos sistemas electrónicos. En las audiencias no figuran su nombre ni su firma.
Además, la protección se extiende a investigadores y testigos. Los peritajes, sólo tendrán el número de orden del funcionario que las realiza, mientras que los testigos tampoco firmarían, únicamente pondrían su huella digital.
Además, los funcionarios de la rama judicial que atienden la rama de delitos federales necesitan un esquema de seguridad adecuado que les otorgue escolta, chaleco antibalas y constante vigilancia para ellos y su familia.
Por otro lado, en medio de la transición penal que estamos viviendo con la constante implementación de los juicios orales y la preocupante falta de aceptación de la ciudadanía hacia este nuevo modelo de justicia penal, la adopción de la “justicia sin rostro” tiene obstáculos tales como la crítica, por parte de la OEA y la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, que afirman que esta forma de funcionar viola el principio de la independencia de la judicatura y restringía el derecho del acusado al debido proceso, y a un juicio justo.
Además de la normativa interna de nuestro país que establece los parámetros jurídicos y sociales por los que no sería ideal tener procesos penales con jueces sin identidad conocida.
Lo cierto, es que, a diferencia de otros servidores públicos, los juzgadores penales enfrentan una situación difícil que los compromete y los pone en riesgo, especialmente en casos donde tienen en sus manos la decisión sobre imputados de gran peligrosidad.
El Consejo de la Judicatura Federal deberá debatir, analizar y establecer protocolos de protección y seguridad para juzgadores penales de este país.