¿Por qué la presidencia del BID debe quedarse en Latinoamérica?

¿Por qué la presidencia del BID debe quedarse en Latinoamérica?. La expresidenta de Costa Rica Laura Chinchilla es una de las candidatas para suceder al colombiano Luis Alberto Moreno, en la presidencia del Banco Interamericano de Desarrollo (BID),

Antilavadodedinero / DiarioLasamericas

Dijo que en el marco de una elección que debe cumplirse durante la Asamblea Anual de esa entidad, prevista para la primera mitad de septiembre en Colombia, en dependencia del curso de la pandemia.

Claver-Carone, frente al BID, aliviaría incertidumbre tras pandemia

La reconocida politóloga, miembro de la Iniciativa Democrática de España y Las Américas (IDEA), habla sobre su aspiración, los retos y pertinencia del BID de cara al impacto que tendrá el avance del coronavirus en el continente y también opinó acerca de la anunciada postulación de Estados Unidos para asumir el liderazgo de esa institución.

En efecto, el Departamento del Tesoro de EEUU anticipó su intención de postular al cubanoamericano Mauricio Claver-Carone para la presidencia del BID, bajo el argumento de que la región enfrenta “desafíos crecientes para el crecimiento económico y el desarrollo sostenible”. En 60 años del BID es la primera vez que EEUU aspira a tener la presidencia de esa organización.

Usted está postulada para la presidencia del BID. Háblenos sobre su candidatura.

Había muchos cables [despachos de prensa] internacionales que venían mencionando los nombres de quienes estábamos aspirando a postularnos. Eso empezó más o menos en el mes de febrero. Lo que sucede es que la campaña, como muchas otras cosas de la vida normal, se interrumpieron en razón a la pandemia y no es sino hasta hace unas dos semanas que la hemos retomado.

Digamos que estamos en una etapa preliminar. Las candidaturas se inscriben más o menos hasta el mes de agosto. La elección tiene lugar en septiembre y, bueno, así como aspirábamos antes, a medida que se han venido presentando otros nombres nuestra aspiración sigue siendo válida y sabemos que no es una carrera sencilla, pero lo importante es que sea una carrera edificante para todos.

Hablemos de respaldos. ¿Quiénes apoyan su nombre para ese cargo?

Yo creo que ese aspecto todavía hay que verlo con prudencia. No me atrevería todavía a asegurar candidaturas, como algunos quizás lo están haciendo, y tengo mucho respeto por todos los países que hacen parte del BID.

Me parece que en esta etapa lo que es importante es que nos escuchen, que podamos abrir algunas discusiones de fondo, que las distintas opciones se puedan valorar y en eso es en lo que hemos estado básicamente, sosteniendo muchas conversaciones de fondo con prácticamente todos los países representados ante esta institución.

¿La sorprendió la postulación planteada por Estados Unidos?

Sí. Sería poco creíble decir que no nos sorprendió. Ciertamente, conocíamos el nombre de Mauricio Claver-Carone.

Es una persona conocida que ha hecho aportes importantes a la región, pero se hablaba de sus aspiraciones como vicepresidente [del BID]. Cuando dan el paso, además inédito en todo lo que ha sido la historia del BID, pues claro que nos sorprendió.

Sin embargo, como lo he dicho ya en otras entrevistas, para mi candidatura todas las aspiraciones de cualquier otra persona, independientemente del país, son de respetarse y espero que mi candidatura también cuente con el mismo respeto de quienes quieran competir por este cargo.

¿Por qué sería importante que la presidencia del BID se quede en un país de Latinoamérica?

Este fue un razonamiento que tuvo lugar desde los primeros pasos que se dieron para la creación del BID. Es un banco cuya misión fundamental está asentada precisamente en las aspiraciones de los países de la región.

Además, hay aportes importantes que vienen desde la región y cuando hablamos de las relaciones entre Estados Unidos, América Latina y el Caribe precisamente lo que queremos es que avancen en el marco de una relación de cooperación, de adecuados balances en esas relaciones que muchas veces no han sido fáciles y, en ese sentido, los Estados Unidos ya ha tenido siempre un espacio asegurado en una de las vicepresidencias [del BID].

Si hasta ahora el BID había funcionado bien de esa manera, por qué no seguir así. Pero, insisto, respetamos cualquier candidatura.

Aquí lo importante es poder preservar balances, buscar una persona que pueda convocar a las distintas fuerzas de nuestra región, a los distintos sectores y gobiernos, pero también a las distintas fuerzas políticas dentro de Estados Unidos porque siempre hemos contado con el apoyo bipartita de los EEUU, que es algo muy importante para el banco y el futuro de la organización y de la región.

¿Qué tan importante será el BID frente a los retos que supone volver a la normalidad en ciertos países de la región tras los efectos de la pandemia?

El banco ya venía jugando desde hace muchos años un papel protagónico. Es el principal socio de los países de la región en el impulso de sus agendas de desarrollo.

Ahora con la pandemia, el papel que va a jugar se acrecienta y se vuelve mucho más importante, y es una importancia que no solamente tiene que ver con los recursos que se puedan aportar.

Sabemos que una de las grandes limitaciones que va a tener América Latina para enfrentar la crisis tiene que ver con el acceso al financiamiento. Esta crisis nos tomó a todos en el peor momento, con unas economías que al cierre del 2019 crecieron prácticamente en 0%. Muchas de las economías están altamente endeudadas, con poco espacio fiscal para responder a la crisis.

De manera que el banco ciertamente va a jugar un papel fundamental. Más importante, insisto, que en el pasado en cuanto al acceso a los recursos para poder no solamente atender esta primera parte de la pandemia, sino también la etapa de reactivación. Pero más allá del acceso al crédito, el banco es un gran recurso que les permite el acompañamiento técnico a los países.

El banco se tendrá que volver mucho más relevante desde el punto de vista del aporte de esos recursos técnicos, de poder convocar a distintos actores, movilizar voluntades, recursos, procurar que la región vuelva de nuevo a identificar esas posibilidades de integración intrarregional y para todos esos desafíos el banco se encuentra en una posición como ninguna otra organización internacional en nuestra región.

¿Cómo ha sido la relación entre el BID y su país, Costa Rica?

Al Banco Interamericano de Desarrollo, yo en lo personal, le tengo muchísimo cariño. Nacimos el mismo año, es decir tenemos 61 años.

Hoy, en consecuencia, lo siento muy cercano a mi generación. El banco prácticamente ha estado presente en todas las etapas de crecimiento y desarrollo de América Latina, en las buenas y en las malas.

Yo he tenido una larga trayectoria en la función pública y conté con el banco como uno de los socios principales que me permitió avanzar en metas muy importantes que me propuse, por ejemplo, la estabilidad macroeconómica del país, la atracción de inversiones, todo el trabajo que hicimos también en materia social, en infraestructura, en prevención de la violencia.

Así que siempre ha estado muy cerca de mí, aparte que me ha tocado también trabajar en algunos proyectos una vez me retiré de la función pública, proyectos que fueron impulsados por el BID en la región.

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