El joven floridano de 17 años Graham Clark, uno de los tres detenidos por el caso de las cuentas de Twitter pirateadas el 15 de julio a personalidades como Barack Obama, Bill Gates y Elon Musk para estafar a otras personas, se declaró este martes no culpable, según fuentes judiciales.
AntilavadoDeDinero / EFE
Clark está acusado de una treintena de cargos como presunto autor de una estafa «a gente en todo el país», según dijo el fiscal del estado de Florida en el condado Hillsborough (costa oeste de Florida), Andrew Warren, el pasado viernes cuando fue detenido.
La audiencia tuvo lugar por teleconferencia y para mañana tiene prevista otra para tratar la libertad bajo fianza.
De acuerdo con el diario Tampa Bay, la fianza está fijada en 725.000 dólares, que es seis veces la cantidad que supuestamente recaudó con el «hackeo» de las cuentas de Twitter (117.000 dólares).
Pero para quedar en libertad antes del juicio solo deberá pagar el 10 % de la fianza, según la ley de Florida, algo que no le supondrá dificultades pues, según sus abogados, posee más de tres millones de dólares en la criptomoneda Bitcoin, dijo el diario.
Clark, que fue detenido el pasado viernes en su apartamento de Tampa, fue presuntamente el cerebro del «hackeo» realizado a unas 130 cuentas de Twitter con el que se buscaba «robar dinero» a ciudadanos corrientes usando el nombre de personas conocidas a las que habían pirateado las cuentas, según Warren.
«Este fraude masivo fue orquestado aquí en nuestro patio trasero y no lo vamos a tolerar», dijo el fiscal cuando Clark fue detenido.
Ese mismo día se anunció la detención de otro dos presuntos implicados en el «hackeo»: el británico Mason Sheppard, alias «Chaewon», de 19 años, y Nima Fazeli, alias «Rolex», de 22, residente en Orlando (Florida), y que fueron acusados de varios delitos cada uno.
Los piratas informáticos se apoderaron de la identidad de personas famosas para escribir mensajes en Twitter en el que pedían a sus seguidores enviar bitcoins, más difíciles de rastrear, a cuentas asociadas a Clark, y ellos duplicarían la cantidad enviada.
Además de las cuentas del expresidente Barack Obama y de los empresarios Elon Musk y Bill Gates, fueron pirateadas las cuentas del virtual candidato demócrata a la Casa Blanca, Joe Biden; del propietario de Amazon, Jeff Bezos; del artista Kanye West y de las compañías Uber y Apple.
«Los delitos de este individuo (Clark) fueron perpetrados usando los nombres de gente famosa y celebridades, pero ellos no son las víctimas principales. Este fraude estaba diseñado para robar dinero a miles de estadounidenses a lo largo de todo el país», dijo el fiscal Warren.
Los «hackers» publicaron el pasado 15 de julio mensajes parecidos que ofrecían doblar el dinero que los usuarios ingresasen en Bitcoin a un monedero virtual de criptomonedas.
«¡Estoy devolviendo a la comunidad! ¡Todo el Bitcoin ingresado a la dirección siguiente será retornado duplicado! Si mandas 1.000 dólares, te retornaré 2.000 dólares. Solo lo haré durante 30 minutos», afirmaba un mensaje en la cuenta de Joseph Biden.
Un mensaje similar en la cuenta de Jeff Bezos, el dueño de Amazon, prometía repartir 50 millones de dólares, mientras que Uber se comprometía con 10 millones.
«Debido a la COVID-19 estamos devolviendo 10 millones de dólares en Bitcoin. Todos los pagos enviados a nuestra dirección se retornarán doblados», apuntaba el mensaje en la cuenta de la empresa de transporte compartido.
Twitter reconoció la brecha en su sistema de seguridad y mantiene abierta una investigación interna al respecto. La semana pasada desveló en un comunicado que el incidente se produjo al atacar a empleados de la compañía mediante «phishing».
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Esta técnica capta los datos privados falsificando páginas que los usuarios conocen, que se duplican y solicitan que se introduzcan en ella los datos confidenciales que se quiere obtener.
El «hackeo» fue una demostración de fuerza de los piratas y sus consecuencias podrían haber sido mayores dada la importancia de las cuentas afectadas si sus autores hubiesen tenido otros objetivos más allá de pedir dinero.