El presidente de Colombia, Iván Duque, ha atribuido la masacre ocurrida el fin de semana en el municipio de Samaniego, en el departamento de Nariño (suroeste), a la violencia desatada por el narcotráfico.
AntilavadoDeDinero / ChicagoTribune
«Quiero empezar con un rechazo categórico por estos hechos execrables que vimos en el departamento de Nariño. La situación ocurrida en Samaniego nos estremece, nos duele», dijo el domingo durante su alocución diaria sobre la evolución de la pandemia de coronavirus en Colombia.
«Pero también quiero hablarle al país con mucha claridad: Estos hechos están ocurriendo por el narcotráfico, por la presencia de grupos ilegales que quieren llenar de actividades ilícitas muchos lugares del territorio», afirmó.
En concreto, el mandatario colombiano recordó que «en Nariño hay presencia del ELN (la guerrilla del Ejército de Liberación Nacional) y otros grupos armados que sirven a cárteles criminales».
Duque aseguró que su Gobierno está combatiendo de «manera férrea» el narcotráfico —»El mal que por muchos años ha golpeado a nuestro país»—, destacando en este sentido que se ha logrado «la mayor reducción de cultivos ilícitos en seis años».
Además, el jefe de Estado ordenó al ministro de Defensa, Carlos Holmes Trujillo, que se traslade al lugar de los hechos para seguir de cerca las investigaciones, según recoge la prensa colombiana.
Este suceso ha reavivado las críticas al Gobierno por la violencia que asola Colombia desde la firma en 2016 del acuerdo de paz con las FARC por la lucha entre grupos rivales por apoderarse de los negocios y territorios de la antigua guerrilla.
La mayoría de las víctimas son ex guerrilleros de las FARC y líderes sociales. En estos momentos, las autoridades intentan determinar si se trata de un nuevo ataque dirigido específicamente contra jóvenes activistas como el que ocurrió hace unos días en la ciudad de Cali, en el que murieron cinco personas.
«¿Dónde está el Gobierno Nacional? ¿Contemplando impávido cómo se expande —peor que el coronavirus— la pandemia de la matanza de jóvenes humildes?», ha cuestionado la alcaldesa de Bogotá, Claudia López, en Twitter.
Por su parte, el jefe de la Misión de la ONU en Colombia, Carlos Ruiz-Massieu, ha urgido a «tomar las medidas necesarias para reducir la violencia en las regiones y esclarecer los hechos». «Masacres como la de Samaniego, donde murieron ocho jóvenes, no deben ocurrir. Mi condena absoluta ante este hecho», ha dicho en la misma red social.
La Organización de Estados Americanos (OEA) también ha expresado su «profunda preocupación por la grave situación de violencia en Nariño a causa del accionar de grupos armados ilegales». «Condenamos la masacre de ocho jóvenes en Samaniego y las afectaciones contra las comunidades en el departamento», ha declarado en Twitter.
Los hechos ocurrieron el sábado por la noche cuando un grupo armado irrumpió en una reunión privada celebrada en una finca de la zona rural de Samaniego, provocando la muerte de nueve personas y varios heridos.
Ya hay dos detenidos y el Gobierno ha anunciado una recompensa de 200 millones de pesos (unos 44,000 dólares) para quien entregue información que conduzca a la captura de todos los implicados en este crimen.
De acuerdo con fuentes de la comunidad, desde el año 2017 se ha venido recrudeciendo la violencia en esta zona del país por disputas entre grupos armados y la presencia de cárteles mexicanos.