Un tribunal respaldado por la ONU condenó el martes a un miembro de Hezbolá, grupo apoyado por Irán, por conspirar para matar al ex primer ministro libanés Rafik al-Hariri, en un atentado con bomba en 2005 que abrió la puerta a años de confrontación entre las fuerzas políticas del país.
AntilavadoDeDinero/Reuters
Hariri, un multimillonario musulmán suní que tenía estrechos vínculos con Occidente y aliados árabes suníes en el Golfo Pérsico, era considerado una amenaza para la influencia iraní y siria en Líbano. Dirigió los esfuerzos para reconstruir Beirut después de la guerra civil de 1975-1990.
Aunque la corte no halló pruebas de una participación directa de la cúpula de Hezbolá o del gobierno sirio, los jueces dijeron que el crimen fue un claro acto de terrorismo con motivación política.
En una lectura del veredicto que duró varias horas, hallaron al principal acusado, Salim Jamil Ayyash, culpable de todos los cargos y dijeron que los fiscales demostraron su pertenencia a Hezbolá.
“El señor Ayyash jugó un papel central y contribuyó directamente en la ejecución del ataque”, dijo el juez presidente, David Re, leyendo del dictamen de 2.600 páginas. “El señor Ayyash intentó matar al señor Hariri y tenía el conocimiento necesario sobre las circunstancias de la misión de asesinato, incluido que el medio usado serían los explosivos”.
Los jueces indicaron que había pruebas insuficientes contra otros tres hombres acusados como cómplices en el atentado del 14 de febrero de 2005, supuestos miembros del grupo musulmán chií, por lo que fueron puestos en libertad.
El hijo de Hariri, Saad, quien también fue primer ministro libanés, reaccionó al veredicto asegurando que “Hezbolá debería hacer sacrificios hoy. Repito: no descansaremos hasta que se cumpla el castigo”.
Hezbolá ha negado toda participación en la muerte de Hariri. Su líder, Sayyed Hassan Nasrallah, dijo el viernes que no le preocupaba el juicio y que si algún miembro del grupo era condenado, defenderían su inocencia.