La «Reina Titi», de peluquera a jefa de un clan de narco internacional

Adelaida Castillo, la Reina Titi, fue detenida la semana pasada en la ruta 9, cuando trasladaba a Ibarlucea, a 15 kilómetros de Rosario, 382 kilos de cocaína. Actualmente era la jefa delPeligroso narco brasileño que vivía en Uruguay fue detenido por la Policía internacional «clan Loza», una banda que enviaba droga a Europa.

antilavadodedinero / Novedades

A la “Reina Titi”, como la conocen a Adelaida Castillo, la investigaban desde hacía más de dos años. Pero el único rastro que tenían los investigadores era que uno de los camiones que habían pertenecido al «clan Loza», uno de los más importantes del país dedicado a las grandes ligas del narcotráfico, enviaba cocaína a Europa a nombre de esta mujer de 58 años que es oriunda de Salvador Mazza, en la frontera entre Salta y Yacuiba, Bolivia, donde su familia era, desde hacía décadas, «bagayera» (el negocio de contrabandear bultos por los pasos ilegales entre los dos países).

Castillo, según la investigación, también fue dueña de una peluquería en la frontera durante mucho tiempo, algo que -sospechan los investigadores- usaba como pantalla.
 
“Reina Tití” manejaba un centro de acopio de cocaína a 1250 kilómetros de la frontera, en Ibarlucea, a 15 kilómetros de Rosario.

 La atraparon agentes de Gendarmería en la ruta 9, a la altura de El Paraíso, cuando iba con un convoy de tres camionetas hacia allí. Llevaba 382 kilos de cocaína, una cantidad de droga que, se sospecha, estaba en su mayoría destinada al mercado europeo. De dónde salían los cargamentos aún es un misterio. Pero las sospechas apuntan a que la “exportación” se hacía por los puertos de Campana o Rosario.

 Ibarlucea, un pueblo de 5000 habitantes ubicado a 15 kilómetros de Rosario, se transformó en los últimos 10 años en una ciudad dormitorio de Rosario. Posee un acceso rápido a través de la ruta 34, con conexión con la avenida Circunvalación, y terrenos a precios moderados. Eso hizo que, a partir del plan Procrear, muchas familias pudieran construir su primera casa propia. Pero la tranquilidad de ese pueblo semirural se empezó a resquebrajar durante este último tiempo, cuando empezaron a sucederse crímenes vinculados a tramas narco.

 Un día antes de que fuera detenida con su hija y su novio Adelaida Castillo, agentes de la Policía Federal realizaron un allanamiento en Ibarlucea para dar con los proveedores del clan narco que cayó en San Francisco, Córdoba, que era supuestamente manejado por Brian Requena, el jefe de la barrabrava de Sportivo Belgrano, actualmente prófugo. En esa investigación fue detenido Pablo Essex, el presidente de la entidad deportiva.

 
El fiscal federal Luis María Viaut ordenó la detención de Lucas Alfonso, uno de los que participó de la entrega de 3,2 kilos de cocaína en un campo cercano a Santa Clara de Buena Vista, en territorio santafesino. Alfonso es sobrino de Luis Peñalba, y ambas familias viven en Ibarlucea. Luis Peñalba hijo, el sobrino de Alfonso, fue condenado a 10 años de prisión en la causa «Los Patrones», que fue el primer expediente por narcotráfico que provocó que los Cantero fueran condenados en 2018.

 ¿Hay alguna relación entre las dos historias? En la Procuración de Narcocriminalidad (Procunar) investigan si “Reina Titi” tenía protección de una banda local. Por ahora sólo son sospechas en base a algunos elementos débiles, pero creen que para acopiar semejante cargamento de droga, valuado en más de 300 millones de pesos, esta mujer contaba con una pata local que cumplía la función de dar seguridad. Las miradas apuntan a que la única banda que puede cumplir esa función son Los Monos.

 “Si no arreglás con ellos es probable que vayan por la droga para mejicanearla”, apuntó uno de los investigadores santafesinos.

 Adelaida Castillo pegó el salto más grande de su vida tras la caída de los principales engranajes del clan Loza a partir de 2017, cuando una investigación internacional, de la que participaron organismos de inteligencia de España, Italia y Argentina se logró desarticular la máxima estructura de una organización compleja, que se movía con mucha habilidad y tenía una red de lavado millonaria.

 En enero de 2019, la justicia federal procesó por lavado de activos y dictó la prisión preventiva a 12 miembros del clan Loza, a los que trabó un embargo de 7.500 millones de pesos. Entre los bienes incautados a los miembros de esta banda estaba la Ferrari que perteneció a Diego Maradona, que fue secuestrada en una playa de estacionamiento del barrio de San Telmo. El auto pertenecía a la empresa Automóviles The Boss S.A., cuyouno de los titulares era Erwin Loza.

Compleja ingeniería
En una extensa resolución de 152 páginas, a la que tuvo acceso Aire de Santa Fe, el juez en lo Penal Económico N° 2 Pablo Yadarola detalló la compleja ingeniería para lavar dinero del narcotráfico que usaron en los últimos diez años los hermanos Gonzalo y Erwin Loza, jefes del cartel, quienes a pesar de no tener ingresos formales adquirieron, junto con los otros miembros, más de 100 bienes por un valor total de $32.229.939.

 Ante la gestación del importante poder económico de esta organización, que venía siendo investigada por Procunar y la Procuraduría de Lavado de Activos (Procelac) desde 2011, el juez Yadarola dictó embargos por un total de 7500 millones de pesos, una cifra inédita en una causa por lavado de dinero de origen narco.

 Los embargos más altos recayeron sobre la cúpula del clan Loza. El magistrado fijó que los hermanos Loza y William Weston Millones, un peruano de 45 años, tendrán congelados bienes, cada uno, por 1000 millones de pesos.

En los múltiples allanamientos que se llevaron adelante en España, Italia y Argentina se secuestraron 45 vehículos de alta gama, entre ellos, dos Ferraris -modelos F430 y F355, una de las cuales perteneció a Maradona-, dos Chevrolet Pontiac y un Camaro, dos Mercedes Benz y dos BMW, entre otros.

En la investigación no se pudo «determinar la modalidad concreta que utilizaría la organización para llevar adelante las maniobras de tráfico ilícito de estupefacientes», señala el fallo. «Lo que sí se logró conocer es el cuantioso patrimonio con el que cuentan sus integrantes, quienes resultan ser miembros de diferentes sociedades comerciales con numerosos bienes y que, teniendo en cuenta que no existe una justificación lícita para su origen, puede inferirse que se trataría precisamente de los beneficios de actividades narcocriminales», agrega.

 Las autoridades españoles centraron sus investigaciones en descubrir la ruta de la cocaína, que manejaban los Loza para proveer de estupefacientes a distintos eslabones del crimen organizado en Europa.

 En el pequeño pueblo de Lugano, a 22 kilómetros de Gijón, España, se sospecha que los Loza guardaron un cargamento de 1400 kilos de cocaína, que -según la policía española- había llegado a la costa española en un velero que tripularon un miembro de la Armada argentina y dos uruguayos.

 La policía española interceptó 20 días después en un camión de patente inglesa que iba de Oviedo a Granada más de 1100 kilos de cocaína.

 El dinero que los Loza obtenían por el tráfico de cocaína era trasladado a la Argentina, a través de mulas que reclutaba el español Francisco González González. El 20 de noviembre de 2017 la Aduana Argentina detuvo en Ezeiza a Bienvenido González Lomeña y Víctor Calvente Cavero con tres valijas con 365.000 euros. Era un adelanto que había pagado el italiano Stefano Di Profio.

 Un arrepentido en esta causa describió que la organización funcionaba a pleno desde 2008, y explicó que los contrabandos de cocaína a Europa se realizaban desde Argentina y desde otros países productores de la droga. Se sospecha que desde Perú y Bolivia.

 Se estima que los Loza tenían varios métodos para enviar la cocaína a Europa. Una era por barco en contenedores, utilizando el sistema del llamado «gancho ciego». Una vez que la Aduana controlaba el container, un infiltrado de la organización realizaba la apertura para introducir el estupefaciente y lo cerraba utilizando precintos mellizos a los originales. Se sospecha que un cargamento con esas características salió desde la Terminal 3 del puerto de Buenos Aires hacia Gran Canaria, España.

 Los Loza habrían usado un método más complejo que a través del puerto. Se cree que introdujeron un cargamento de cocaína en un equipo de vehículos 4×4 de Bélgica que había venido a hacer una travesía a la Patagonia. Las camionetas luego fueron guardadas en una chacra en San Pedro, Buenos Aires, vinculada a Erwin Loza. Y allí se habría camuflado en las cubiertas la cocaína que después viajó en barco a Amberes, Bélgica, uno de los puertos por donde ingresa más droga a Europa.

 Uno de los miembros de la banda que estaba dedicado al lavado de dinero y a la logística de la organización era Weston Millonario, cuya esposa Patricia Teresa Suárez sería empleada en el gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Este ciudadano peruano de 45 años adquirió en 2015 la empresa Apícola Reinas Rubias, en Lobos. Dos años antes había creado en La Cumbrecita, Córdoba, la firma La Boutique dedicada a rubros variados, como la compra de artículos de perfumería hasta chacinados. Y en 2011 la firma One Million SRL.

 Weston, quien de acuerdo a los registros viajaba muy seguido a España con José Loza, de quien era su mano derecha, vivió con su esposa en el barrio privado Estancia Villa María, que está ubicado en Canning, provincia de Buenos Aires. Ese inmueble, que estaría a nombre de un socio y de su pareja Patricia Ruiz, luego fue alquilado.

Los investigadores detectaron que en torno a los miembros del clan Loza se hicieron inversiones y se adquirieron entre inmuebles y vehículos 101 bienes.

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