Los fraudes cibernéticos han venido al alza con el encierro, y han surgido nuevas técnicas para afectar tu patrimonio. Es vital que aprendas a protegerte mientras navegas por internet.
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Así es como roban tus datos
Los fraudes cibernéticos requieren obtener ciertos datos, como claves y contraseñas. Las formas más frecuentes de hacerlos es con correo basura (spam), malware o phishing. Te decimos qué son:
- Gusanos: se trata de programas que se colocan en tu computadora de forma silenciosa y tienen el propósito de tumbar tu sistema operativo. En ocasiones te piden un depósito en bitcoins para poder revivir tu equipo.
- Phishing: Es la falsificación de una empresa o banco para que te confíes y confíes tus claves bancarias, contraseñas, o deposites dinero.
- Spyware: Son programas que usan tu conexión a internet para obtener datos y enviarte publicidad que no buscas.
- Troyanos: se trata de programas escondidos en archivos de fotos, música, o correo electrónico. Con ello pueden vulnerar la seguridad de tu equipo.
- Virus: se trata de programas que buscan dañar o alterar archivos de tu sistema informático
Estos son los fraudes más comunes
Los delincuentes pueden buscar tus datos para robar tus claves y contraseñas. Con ello, obtienen tus datos bancarios, para extraer dinero de tus cuentas o hacer compras, o incluso, acceder a tus redes sociales para pedir dinero a tu nombre o tratar de hacer algún fraude con tu identidad.
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Puede que hayan montado un sitio web donde puedes comprar artículos a un precio increíblemente bajo. Luego introduces tus datos bancarios y finalmente te das cuenta de que la página tira un error. Sin embargo, la trampa está puesta y sin saber le diste tus datos bancarios a unos delincuentes que ahora pueden suplantar tu identidad o vender tus datos. Por eso es importante que el sitio ofrezca encriptación y cifrado https. También puedes usar tarjetas virtuales si el sitio es sospechoso.
Así puedes protegerte
- Siempre revisa que las direcciones de correo electrónico o mensajes donde te ofrezcan créditos coincidan con los proovedores originales.
- Revisa, por ejemplo, el dominio de la dirección de correo electrónico.
- Checa el cifrado de las páginas de compras
- No des datos bancarios a nadie, ni siquiera a supuestos empleados bancarios
- Aprende a dudar de la información que ves en redes sociales