Pese a que en los últimos años han surgido nuevas metodologías para el blanqueo de capitales, el lavado de dinero por medio del uso de efectivo continúa como el método más común para cometer este ilícito, el cual se calcula en 2 billones de dólares al año en el mundo, según David Lewis, secretario ejecutivo del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI).
Antilavadodedinero / Eleconomista
Recientemente, Lewis publicó artículo para la consultora AML Intelligence, donde resalta que, si bien muchos países han avanzado en la implementación de sus estándares para prevenir y combatir el lavado de dinero, esta labor no es eficaz por las brechas regulatorias que existen, especialmente en el tema de las actividades profesionales no financieras, que en México son conocidas como actividades vulnerables.
“Los delincuentes son expertos en explotar las lagunas en la regulación financiera y estas brechas continúan existiendo o emergiendo, especialmente en áreas más nuevas, como los activos virtuales”.
De acuerdo con Lewis, si bien el uso de efectivo continúa como el método más común para el blanqueo de capitales, los bancos, junto con el sistema financiero, también se utilizan en gran medida para este ilícito, así como las empresas de transferencias monetarias y algunas organizaciones benéficas.
“Los blanqueadores de dinero profesionales son mucho más comunes y mucho más hábiles que los esfuerzos para detenerlos. Las empresas vulnerables que luchan contra la pandemia brindan otra oportunidad para que los delincuentes la exploten para lavar fondos ilícitos”.
Lewis destaca que, actualmente, existe un compromiso de más de 200 jurisdicciones para implementar las 40 recomendaciones del organismo para prevenir y combatir el lavado de dinero y financiamiento al terrorismo.
En este contexto, el directivo del GAFI indica que, si bien hay un compromiso del sector privado para ser la primera línea de defensa en la lucha contra el lavado, actualmente muchas empresas se centran demasiado en el cumplimiento sin adoptar un enfoque basado en riesgo.
“Las empresas reguladas se consumen y se centran demasiado en el cumplimiento y en marcar las casillas, en lugar de adoptar un enfoque de ALD (antilavado de dinero) basado en el riesgo y basado en la inteligencia”, resalta
Empresas fantasma
De acuerdo con Lewis, una de las preocupaciones actuales del organismo es que siguen moviéndose grandes cantidades de dinero por medio de empresas fantasma ubicadas en distintas jurisdicciones.
“Seguimos viendo grandes cantidades de dinero sucio canalizado a través de empresas fantasma en el extranjero o escondido en bienes raíces; los abogados y contadores se hacen de la vista gorda a cambio de un pago rápido; los funcionarios corruptos juegan con el sistema para ocultar sus ganancias ilícitas”, indica Lewis.
El funcionario del GAFI apunta que el desafío actual de la lucha antilavado es que se arrojen resultados en todos los niveles involucrados en ella, desde las autoridades como del ámbito privado.
“Al detener el lavado de dinero, salvamos vidas. Podemos y debemos hacerlo mejor, juntos”, finaliza Lewis.
Compromiso que el GAFI solicitó al G-20:
- Invertir en las capacidades de las unidades de inteligencia financiera.
- Romper las barreras para compartir información.
- Regular y supervisar tanto al sector financiero como a las actividades vulnerables.
- Incrementar el uso y desarrollo de las asociaciones público-privadas en el intercambio de datos.