El portavoz gubernamental de Paraguay, Hugo Cáceres, explicó que entre las prioridades del Gobierno de Mario Abdo Benítez están abordar una profunda reforma educativa, la lucha contra la corrupción y la reducción de la pobreza, tras haber cumplido el 23 de noviembre cien días en el poder.
Gobierno de Paraguay apunta a corrupción y pobreza tras 100 días de mandato
El también ministro de la Unidad de Gestión de la Presidencia marcó la reforma educativa como uno de los ejes principales para aumentar «la retención escolar», ya que según indicó, 4 de cada 10 niños no finalizan la escuela en Paraguay.
Según un reciente informe elaborado por el Banco Mundial la inversión en educación en el país equivale al 3,4 % del PIB, inferior al 5,4 % de los países con ingresos similares.
Para atajar esa situación, la transformación educativa «implica el cambio del currículum» escolar, la formación del profesorado y el «aumento de la carga horaria de 4 a 8 horas diarias», dijo Cáceres.
Indicó que se buscará implementar «programas de tecnología» en las escuelas para «1,2 millones de estudiantes» y aseguró que se tiene «el financiamiento para cubrir» esas mejoras.
El recién aprobado proyecto de Presupuestos Generales de la Nación para 2019 establece el rubro para educación en cerca de 1.200 millones de dólares, aproximadamente un 11 % más que en el ejercicio anterior.
Respecto al currículum escolar, el portavoz reiteró que el Ejecutivo defenderá el «concepto de familia» que existe en «la Constitución» y que quieren «volcar en la educación».
Aunque Cáceres afirmó que el Ejecutivo, liderado por el conservador Abdo Benítez, está «abierto al diálogo para encarar temas» como el alto nivel de embarazos de menores de edad, que alcanza el 20 %, según datos oficiales, no aclaró si aceptaría el reclamo de numerosas asociaciones estudiantiles de incluir en la malla curricular la educación sexual.
Entre los desafíos que se plantea para el futuro, el ministro dijo que la Justicia «tiene mucho que mejorar» en cuestiones que tienen que ver con «la elección» de magistrados o la «conformación de la Corte Suprema» con el objetivo de hacer que «la Justicia esté más cerca de la gente».
Además, señaló que también hay problemas de «sistema» a mejorar, como el alto porcentaje (cerca del 70 %, según afirmó) de personas privadas de libertad sin condena.
En ese sentido, aseguró que el país necesita «fortalecer» sus instituciones en términos de «lucha frontal contra la corrupción, contra la impunidad, contra el narcotráfico y contra el crimen organizado».
Insistió en que en su corto periodo de Gobierno, algo más de 100 días, «se han producido resultados» en esas áreas y ejemplificó que hay «muchas personas bajo procesos de corrupción», entre ellas, «algunos funcionarios del Gobierno anterior», algo que «no ha pasado antes».
En términos económicos y de lucha contra la pobreza, Cáceres reconoció que Paraguay tiene «uno de los niveles más altos de informalidad (laboral) de América Latina», pero añadió que se están llevando a cabo una «serie de acciones» para reducir el problema, como el «cruzamiento de los datos de las nóminas de personal con los registros de la previsión social».
Según el ministro, solo en noviembre ese método permitió formalizar 20.000 casos de personas que trabajaban sin cotizar a la seguridad social, de los aproximadamente 1,6 millones de trabajadores que se encuentran en esa situación, según estimó.
El combate contra la informalidad es una de las vías que el Gobierno considera más efectivas en la lucha contra la pobreza, que afecta al 28,8 % de la población, según datos de la última Encuesta Permanente de Hogares (EPH), realizada en 2016.
En el capítulo internacional, y respecto a una posible apertura hacia China, Cáceres afirmó que no pueden «desconocer» el «lugar» que ocupa el gigante asiático a nivel internacional ni su «importancia económica».
Pero reafirmó el compromiso de Paraguay con Taiwán, a la que China considera una provincia rebelde, y reiteró que su relación diplomática de «amistad» va a «continuar durante este Gobierno.