El papa Francisco llamó este viernes en Bagdad a «luchar contra la corrupción» y los abusos de poder, y pidió que «callen las armas» y cese la «violencia», los «extremismos» y las «intolerancias», al inicio de su histórica visita a Irak.
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Francisco abogó ante las autoridades iraquíes por que «nadie sea considerado como un ciudadano de segunda clase» en un país musulmán, donde los cristianos ya sólo representan el 1% de sus 40 millones de habitantes. «Es indispensable asegurar la participación de todos los grupos políticos, sociales y religiosos, y garantizar los derechos fundamentales de los ciudadanos», agregó el pontífice argentino.
También denunció la «barbarie insensata» perpetrada por el grupo yihadista Estado Islámico (EI) en 2014 contra la minoría yazidí, donde miles de mujeres fueron convertidas en esclavas sexuales. «No puedo dejar de recordar a los yazidíes, víctimas inocentes de una barbarie insensata y deshumana, perseguidos y asesinados a causa de sus creencias religiosas, cuya propia identidad y supervivencia se han puesto en peligro», expresó.
El domingo, el papa participará en una oración en Ur, al sur de Irak, tierra de nacimiento de Abraham, pilar de las tres religiones monoteístas, junto a responsables yazidíes, sunitas, chiitas y sabeos, informó AFP.
«La visita del papa Francisco a Mosul y Qaraqosh, ciudades arrasadas por los crímenes del Estado Islámico, serán «instantes profundos» para los cristianos de Irak, dijo Karim Khan, responsable de una misión de la ONU que intenta aclarar las circunstancias de matanzas de minorías en el país. Para él, el viaje de Francisco envía un «mensaje de unión, paz y coexistencia» entre las comunidades de Irak.