El internet es una herramienta fundamental para el conocimiento y aprendizaje de adultos y menores de edad. Sin embargo, esta puede ser de doble filo si los niños y adolescentes no están conscientes de los peligros que implica exponerse en la web y son presa de ciberdelitos. Las redes sociales son una plataforma que resulta muy atractiva para los menores.
Antilavadodedinero / ElComercio
Es posible visualizar el contenido de otros y subir el propio. Los más pequeños de casa están cada vez más involucrados con la tecnología y los dispositivos electrónicos. ¿Existe redes sociales seguras para ellos?Para tranquilidad de los padres de familia se han desarrollado redes pensadas en los menores de edad. L
as empresas creadoras de estas redes sociales se han centrado en el control de comportamientos inadecuados para que la experiencia de los niños y adolescentes sea segura. Entre las que se puede mencionar están: *Kidzworld, pensada en el entretenimiento de niños; hay juegos, noticias de celebridades y más. *Lego Life, creada por Lego para menores de 13 años.
Pero el público en general tiene acceso. *Mundo Gaturro, red recomendada para niños de hasta 12 años. *Grom Social, una red social para conectarse con otros niños. Con acceso a chat y video.
Finamente está GoBubble; en esta red los menores pueden hacer nuevos amigos y ayudarse en las tareas de la escuela. Según menciona el ingeniero Galoget Latorre, experto en Ciberseguridad en Hackem Cybersecurity Research Group, los menores de edad pueden abrir perfiles en redes sociales como Facebook, Instagram o Twitter a partir de los 14 años, como lo estipulan las políticas de esas plataformas.
Pero no existen controles para validar que quien se crea una cuenta tiene efectivamente la edad que dice tener. Por eso el experto considera que, para que las políticas de seguridad de las diferentes plataformas brinden protección a los niños y adolescentes, estas deberían establecer mecanismos automatizados basados en inteligencia artificial para detectar comportamientos anómalos en cuentas que podrían ser manejadas por cibercriminales para suplantación de identidad.
Algunos de los ciberdelitos a los que se exponen los menores son el acoso cibernético o ‘cyber bullying’ en el que reciben mensajes hirientes, amenazas o burlas.
El ‘grooming’ es el acoso realizado por un adulto que tiene intenciones sexuales con la víctima, muchas veces usan perfiles falsos, ganan su confianza y posteriormente solicitan imágenes íntimas para chantajear al menor. Otro ciberdelito al que son vulnerables es el ‘sexting’, este involucra a dos menores que comparten contenido sexual entre ellos, normalmente adolescentes en etapa de noviazgo, cuando la relación no termina bien se da el llamado ‘porno de la venganza’ o ‘sexting’, en el que las imágenes previamente compartidas son difundidas a través de internet o grupos de WhatsApp.
Y la suplantación de identidad, delito en el que un individuo crea un perfil falso impresionando a una persona, que puede ser un famoso o alguien de confianza cercano al menor. Latorre sostiene que «el control parental ayuda a reducir los riesgos a los que se exponen los menores, y es bueno aplicarlo desde que entran en contacto con la tecnología, sea un computador o un smartphone».
Para que este funcione, el experto sugiere configurar adecuadamente el nivel de privacidad de la cuenta del menor, enseñarles a crear contraseñas fuertes y difíciles de adivinar, y a utilizar el sentido común haciendo analogías del mundo real con el virtual.
Asimismo, es importante que los padres transmitan a sus hijos la importancia de no compartir información privada o personal tales como: teléfono, dirección, nombres completos u otros datos sensibles. La confianza debe estar fortalecida para que los menores puedan contar con tranquilidad los lugares en los que navegan en internet y las personas con las que tienen contacto.
Si un menor ya se encuentra en problemas por revelar información importante en internet, Latorre apunta que se debe eliminar el contenido inmediatamente del perfil o dar de baja el mismo para evitar que se contacten a futuro con el afectado.
También se deberá revisar las conversaciones mantenidas entre el menor y el posible agresor y analizar las intenciones de este y la gravedad de la exposición. Y si es necesario hay que acudir a asistencia especializada, tanto a nivel técnico como legal para ver posibles denuncias.
Ahora que la pandemia obliga a recibir clases virtuales y hay un mayor acceso a pantallas e internet es primordial crear fuertes vínculos de confianza entre los menores de edad y las personas que están a cargo de su cuidado.
Es necesario también limitar el acceso a ciertos contenidos y establecer de forma clara la diferencia entre lo público y lo privado. Esas normas en casa ayudarán a que los menores sean menos vulnerables de sufrir cualquier tipo de violencia en internet.