El cartagenero Gustavo Hernández Frieri no tuvo más remedio que aceptar su culpabilidad ante un tribunal federal en La Florida. Había sido cogido con las manos en la masa. La justicia norteamericana lo acusaba junto a una decena de personas de participar en un entramado de corrupción que había lavado por lo menos USD1,2 billones que le pertenecían a la petrolera venezolana PDVSA.
Antilavadodedinero / las2orillas
Hernández admitió el cargo de conspiración para lavar dinero y pero también inculpó a un exfuncionario de PDVSA Abraham Ortega que habría usado, sin conocimiento suyo, uno de los fondos que él manejaba para lavar dinero en Estados Unidos.
Hernandez habría sido capturado meses antes en Italia, en donde se encontraba de vacaciones y en donde fue interceptado por el Departamento de Justicia de Estados Unidos que lo describió en su expediente como un “lavador de dinero profesional”. Como parte de su acuerdo de culpabilidad, Hernández Frieri acordó ayudar a los fiscales en la confiscación de activos y ganancias que quedaron del entramado de corrupción.
Frieri se encontraba hospedado en la suite presidencial de un hotel cinco estrellas cuando la Policía italiana irrumpió, lo arrestó y los trasladó a la prisión de Gazzi, obedeciendo la orden de detención que llegó a la embajada de Estados Unidos en Roma.
Sin embargo, un año después de la firma del preacuerdo judicial, los fiscales federales en Miami estaban decididos a imponerle una severa sentencia de prisión a Hernández. Según ellos estaba obstaculizando sus esfuerzos por confiscar una casa de $ 2.7 millones y otros activos quehabía acordado entregar cuando se declaró culpable. Los señalamientos eran drásticos, se trataba de un individuo que “no ha aprendido de su conducta criminal pasada”.
Los fiscales estaban irritados. Hernandez Frieri habría hecho maniobras para transferirle a su esposa su participación en el fideicomiso en el que se encontraba una casa de $ 2.7 millones en el exclusivo sector de Coral Gables en Miami, para evitar perderla. En dicho suburbio tienen propiedades varios de los alfiles de Nicolás Maduro, asociados al desfalco de PDVSA como los hermanos Oberto.
“Según su historial, el acusado no es un individuo que muestra respeto por la ley y es alguien a quien no se le disuade fácilmente de cometer el mismo delito más de una vez”, escribieron los fiscales. “Se le debe hacer entender que el delito de lavado de dinero es un delito federal grave con graves consecuencias”. Hernández Frieri tiene acumuladas desde 2001 al menos 31 infracciones de tránsito.
Y aunque el colombiano no tiene antecedentes penales como tal, los fiscales de Miami buscan una sentencia de prisión “más sustancial” que la recomendada por los oficiales de libertad condicional y el máximo de 10 años permitido por las pautas federales de sentencia.
Hernández Frieri, abogado de formación, se declaró culpable de ayudar a ejecutar un plan de inversión falso a través de una firma de inversión que dirigía con su hermano y cuñado, Global Security Advisors. La firma fue utilizada para lavar al menos USD 12 millones en pagos de sobornos a Abraham Ortega, exdirector ejecutivo de planificación financiera de PDVSA que se declaró culpable por su papel en la conspiración de condujo al millonario desfalco de mil millones de dólares. Ortega permitió que los miembros de la red de corrupción transfirieran ganancias inesperadas de la noche a la mañana a través de préstamos falsos aprovechando la brecha entre la tasa de cambio oficial de Venezuela y la tasa del mercado negro.
Al igual que Hernández y Ortega, el banquero alemán Matthias Krull se declaró culpable de haber participado en el esquema de PDVSA cuando trabajó en el banco suizo Julius Baer. En el proceso también han sido señalados Francisco Convit Guruceaga, accionista de Derwick Associates, firma acusada de obtener contratos de forma irregular en el sector de energía en Venezuela; Carmelo Urdaneta, exasesor legal del Ministerio de Petróleo y Minería de Venezuela; Marcelo Federico Gutiérrez, banquero uruguayo, y los hijastros de un “oficial venezolano 2”, no identificado en el expediente. Según el diario Miami Herald, serían los hijastros del presidente Nicolás Maduro.
Un entramado que muy seguramente tuvo la bendición de Maduro y su cúpula, movidas de las cuales él y su esposa Celia debieron obtener su buena tajada, como ocurre con todos los negocios ilícitos que rodean el régimen venezolano.