Comprar y vender por Internet es un campo de minas si no se toman ciertas precauciones y además, usar las clásicas apps de compra-venta online tiene problemas añadidos pues al ser muy usadas son también el campo de actuación de estafadores profesionales.
Antilavadodedinero / Alcierre
Cuántas veces habremos escuchado a alguien de nuestro entorno quejarse de las estafas en Wallapop, una de las aplicaciones más populares para estos negocios. Otras se abren camino poco a poco gracias a su facilidad de uso y a la seguridad que ofrecen como Beseif. Una de las tácticas preferidas de los estafadores consiste en hacerse pasar por empresas de reparto a domicilio, como la conocida DHL Express.
Estafa DHL
El estafador se pone en contacto con el vendedor y pregunta si sigue disponible el artículo que queremos vender. En ese momento mandan un correo electrónico. Advierten que mandarán el dinero en efectivo a través de DHL y que cuando reciba el dinero se deberá entregar el artículo. Para ello, solicitan nombre, dirección y número de teléfono.
Cuando se dan todos los datos el estafador comunica que hay un problema pues en la falsa DHL le han pedido 200 euros extra para un seguro y lo han aceptado sin consultar con el vendedor. Poco después se recibe un mail de la falsa DHL que ya trae una dirección de gmail.com y no una corporativa.
Si el incauto sigue adelante, verá cómo en la falsa DHL le piden el número de tarjeta, el nombre del titular, la fecha de caducidad y el CVC, todo lo necesario para operar con ella. Si lo hace, está perdido. Lo más fácil es que en las próximas horas se realicen compras en Internet con su tarjeta hasta dejarla agotada.
El truco de la transferencia
En Wallapop pueden escribirnos desde diferentes ciudades a la nuestra. Nos contarán que el objeto no es para ellos sino para un tercero: mujer, marido o hijo que vive en otra ciudad. Además, nos facilitarán un número Whatsapp, que desaparecerá cuando convenga. Solo nos piden una exigencia: Realizar el pago por transferencia, algo inofensivo a primera vista. También piden más fotos del producto en un castellano imperfecto que ya debería hacernos sospechar. Y dicen que nos enviarán la dirección del familiar cuando realice la transferencia. Pero cuando solicitemos otra forma de pago, el contacto desaparecerá.
¿Por qué? Porque las transferencias bancarias no son buen método de pago para este tipo de transacciones. Como comprador, puede que el vendedor no te mande la mercancía y si eres vendedor puedes enviar el paquete y ver que en un plazo de 48 horas anulan la transferencia que te habían realizado.
La estafa nigeriana
En cuanto el comprador se pone en contacto contigo, te ofrece una forma de contacto diferente a la del chat de la app, que puede ser Wallapop u otra similar. Esta es la primera señal para estar alerta. No quieren muchos datos, ni fotos, pero sí que envíes el objeto a un país lejano, puede ser Nigeria pero también Italia, Holanda…
Las estafas en Internet son más comunes de lo que creemos.
Ofrecen dos formas de pago: La transferencia bancaria o PayPal, pero el dinero nunca va a llegar. Son capaces incluso de suplantar la identidad de PayPal o de tu banco para mandar una confirmación de pago. Si hemos enviado el paquete, nos quedaremos sin él. A veces, para rizar el rizo de la estafa, podemos recibir un correo adicional de «Paypal» o de «nuestro banco» explicando que el comprador ingresó más dinero que el que acordasteis y que, para liberar el total del dinero, es necesario que enviemos por Western Union la diferencia. Si lo hacemos, nos quedaremos sin la mercancía y sin el dinero.
Ojo a Bizum
Bizum se ha convertido en relativamente poco tiempo en una de las aplicaciones favoritas y más extendidas para ajustar las deudas entre amigos, para que quien paga la ronda, la lotería de navidad o el regalo grupal no vaya persiguiendo a sus deudores.
Un ejemplo de estafa en Wallapop.
Asimismo, también sirve para recibir o realizar ingresos en tu cuenta sin necesidad de dinero en metálico o tarjeta, ya que basta con tener una cuenta corriente. Este servicio se ha extendido también como forma de pago entre particulares y no se escapa de ser un lugar propicio para las estafas. Es tan simple como que ellos pulsen la opción de solicitar dinero en lugar de la de enviar dinero, que sería lo suyo. Si lees por encima y dices que sí, serás tú quien esté pagando.
Administradores de Wallapop
La popularidad de Wallapop ha propiciado la picaresca en un formato que ya hemos visto con las compañías de la luz, el agua o el gas: La de usurpar la identidad del servicio técnico. Súbitamente nos llega un mensaje a nuestro perfil en el que, bajo cualquier pretexto, se nos pide el correo electrónico y la contraseña, es decir, todo lo necesario para entrar en nuestra cuenta, con la excusa de que están investigando fraudes.
Si bien también pueden llegar a decirnos que hemos sido denunciados por actividades fraudulentas por las cuales podríamos ser penalizados.
De caer en esta trampa, los estafadores procederán a cambiar la contraseña, algo para lo que se requiere un código que nos envía Wallapop. Sin problema: los supuestos estafadores nos pedirán ese código para completar su gestión. Ya tienen nuestra cuenta. En este caso lo mejor es recurrir al soporte de Wallapop para informar de lo sucedido y bloquear al usuario.
El contrareembolso
Imaginemos que la operación de compraventa llega a buen puerto y por fin hemos adquirido ese producto deseado a buen precio, solo queda que llegue a casa y pagarlo contrarrembolso. Pues también podemos llevarnos un disgusto en esto. Porque en realidad, pagas cuando recibes el paquete y no cuando lo abres, momento en el que descubres que el producto está en un estado diferente al que lo compraste o que en lugar de una PlayStation 4 has recibido una baldosa. Antes de firmar y pagar, lo ideal sería abrir el paquete para ver su contenido, pero si el repartidor se niega, siempre podremos solicitar la devolución.
La única forma de protegernos ante este tipo de estafas consiste en abrir el paquete antes de firmar el recibo de conformidad, algo que las empresas de mensajería no suelen permitir. No obstante, siempre podemos rechazar el pedido en ese momento. En ese caso, es el comprador el que asume los gastos de la gestión… algo que no hace mucha gracia si la persona en cuestión quiere vender el artículo y no es un estafador.
Sin embargo, algunas aplicaciones como Beseif sí permiten que se abra el paquete delante del mensajero. Es el método de pago más seguro para comprar/vender de segunda mano, ya que guardan el dinero en un depósito seguro y gestionan la recogida siempre con GLS y Correos. Pero no sólo permiten abrir el paquete delante del mensajero sino que se puede probar el artículo durante 24 horas. Si todo es correcto, pagan al vendedor, si algo no está bien, se puede devolver gratis.