La Operación Trigger y el tratado de control de armas

Esta semana la Interpol dio uno de los golpes más importantes al mercado de tráfico de armas en Latinoamérica. La Operación Trigger VI es el resultado de la cooperación entre la propia Policía Internacional y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (UNODC).

Antilavadodedinero / Interpol

En total fueron más de quince días —entre el 8 y el 28 de marzo— y la misma cerró con la detención de 4000 sospechosos y la recuperación de unas 20.000 armas aproximadamente entre piezas, municiones, explosivos y otro tipo de componentes de carácter ilegal.

Fueron trece países entre los cuales se encontraron Ecuador, Bolivia, Perú, Uruguay, Brasil, Argentina, Paraguay, entre otros. No sólo se trataba de identificar y definitivamente detener ese tráfico ilegal de mercancía sino capturar a individuos que se encuentran dentro de las notificaciones rojas de la Interpol, como prófugos de la justicia y gente reconocida por delitos graves de narcotráfico.

El secretario general de la Interpol, Jürgen Stock, en una publicación para la página de la organización declaraba que … “Las armas de fuego suponen una amenaza muy seria para la seguridad y la estabilidad de Sudamérica. De ahí que la cooperación internacional trasnacional sea fundamental para descubrir y desmantelar a las organizaciones delictivas y los grupos terroristas implicados”.

Cabe destacar que la pandemia también ha representado un obstáculo para darle celeridad a todas estas operaciones, ya que al mundo encontrarse en situación de emergencia ha hecho que muchos operativos se desplieguen exclusivamente a contener la expansión del virus pero esto ha hecho que zonas de frontera, caminos verdes y zonas de conflicto se fortalezcan o encuentren otras vías, no pudiendo controlarlas y recrudeciendo el conflicto y la peligrosidad.

Y todo lo anterior ¿Cuenta con instrumentos y cimientos internacionales? De hecho, sí y vale la pena conocerlos.

El Tratado sobre el Comercio de Armas

La base fundamental del Tratado sobre el Comercio de Armas de la Organización de las Naciones Unidas es el artículo 26 de su Carta, donde se destaca que el objetivo de la organización es la de promover el establecimiento y mantenimiento de la paz y la seguridad internacionales con la menor desviación posible de recursos humanos y económicos del mundo hacia los armamentos.

Y cabe destacar con esto que, no es que la ONU no reconozca o le otorgue al mercado armamentista un carácter ilegal, al contrario, y es que no debemos olvidar que muchos de los países que integran la organización basan su comercio y sus estrategias geopolíticas en la comercialización de armas. Tampoco podemos obviar que las armas forman parte de las políticas de seguridad y defensa de los Estados.

Lo que se procura en este caso, es regular los canales de comercialización, la oferta, la demanda y la transacción de estas armas para estas se encuentren exclusivamente en el territorio donde les corresponde legalmente hablando.

Por otro lado, existe el reconocimiento de que el tráfico no regulado de armas trae consigo consecuencias de todo tipo y no solo económicas sino sociales y también humanitarias, ya que la mayoría de ellas son utilizadas por parte del crimen organizado y, en este caso, por el crimen organizado transnacional trayendo consigo otros delitos como es la organización de bandas, el narcotráfico, el tráfico de personas y obviamente el terrorismo.

En escalada, las consecuencias humanitarias son especialmente tomadas en cuenta ya que no solo la guerra, sino que todo conflicto armado traerá consigo desplazados, refugiados, apátridas e incrementará la pobreza y la vulnerabilidad de la población.

Es precisamente por esto que el Tratado para el Comercio de Armas nace. Es importante el establecimiento de normas internacionales “comunes” que permitan regular esta forma de comercio internacional, ya que con ello se previene y elimina el tráfico ilícito y se contribuye a la paz, la seguridad y la estabilidad de las naciones.

Sin embargo, para ello se requiere que los países y los gobiernos actúen en consonancia desde la cooperación internacional siempre en un marco de transparencia operativa y responsablemente.

El Protocolo sobre Armas de Fuego

Es el instrumento que complementará el TCA y que también tratará de actividades y áreas que deben ser tomadas en consideración por parte de los Estados y las instituciones a fin de prevenir ese tráfico ilícito de armas. Ahora bien, en cuanto a los debates jurídicos —que no vienen al caso— mucho se ha hablado de que no existe claridad en relación a cuáles son las categorizaciones de algunas de esas armas, sin embargo hay algo en lo que sí coinciden ambos instrumentos y es que controlar las transferencias internacionales; es un desafío para las naciones y se tienen que tomar todo tipo de medidas para prevenirlo.

Entre ellos se encuentra el establecimiento eficaz de licencias o autorizaciones de exportación e importación, medidas al tránsito internacional y medidas para las transferencias.

Pero también resulta indispensable que se lleven registros nacionales, emisión y control de licencias para la venta, y muy especialmente cumplir con medidas que permitan dar a conocer si existen armas que pueden utilizarse para la comisión de actos de genocidio, crímenes de lesa humanidad, infracciones a los tratados internacionales y ataques que puedan ser dirigidos a la población civil, ya sea sobre su persona como sobre sus bienes.

De hecho, tanto en el TCA como en su Protocolo se habla de que todo comercio de armas debe pasar por un proceso de inspección para determinar si estas armas pueden menoscabar la paz y la seguridad internacional, si al ser utilizadas representan una violación grave al derecho internacional, a derechos humanos y violan tratados internacionales o si en si mismos pueden ser utilizados para actos de terrorismo internacional o ser utilizados por el crimen organizado transnacional.

Indicadores

Uno de los últimos indicadores en cuanto al tráfico ilícito de armas se llevó a cabo para el período 2016-2017 y los datos eran bastante alarmantes. Para ese momento se incautaron 550.000 armas de fuego anual. De esas armas de fuego un 50 % fueron incautadas en América. En África y Asia, las armas incautadas eran más fusiles y escopetas. Y las zonas con más muertes fueron África, América Latina y el Caribe.

Si bien la Operación Trigger VI es para alabar y aplaudir los esfuerzos realizados, no debemos dejar a un lado el hecho de que es solo una muestra de un problema real que está viviendo el mundo y que detrás de cada arma o munición hay una historia.

Hay probablemente un asesinato, hay un secuestro, hay una base donde se está fabricando droga y que está utilizando a personas como narcomulas, hay poblaciones vulnerables que están siendo desplazadas de su residencia, hay menores que están siendo reclutados para grupos armados o para otras actividades como la esclavitud o la explotación sexual.

No en vano, aunque con otro sentido el grupo de rock Iron Maiden en su canción Run to the Hills hablaba de la guerra en su estrofa … “Fighting them at their own game Murder for freedom the stab in the back Women and children are cowards, attack”… Luchando en su propio juego. El asesinato por la libertad, es una puñalada en la espalda. Las mujeres y los niños son cobardes, ataquen…

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