Los cambios promovidos por el papa Francisco en materia financiera tienen la aprobación de Europa. Y es que, según destaca el último informe de Moneyval –el órgano de control de los sistemas financieros del Consejo de Europa–, el organismo valora positivamente las medidas adoptadas contra el blanqueo de capitales y la financiación del terrorismo. Asimismo, Moneyval ha elogiado que se haya tomado la iniciativa de constituir dos comisiones pontificias para estudiar las estructuras económicas y administrativas del Estado vaticano.
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Sin embargo, hace hincapié en que es necesario aun mejorar los instrumentos legales para paliar, principalmente, asuntos como los retrasos en los procesos judiciales o la falta de competencia de la Santa Sede en delitos financieros cometidos por sus magistrados. “El juicio expresado sobre este aspecto” ha explicado a Vatican News Carmello Barbagallo, presidente de la Autoridad de Supervisión e Información Financiera (ASIF), “es de eficacia ‘moderada’, lo que significa que son necesarias algunas acciones correctoras para lograr una mejora más profunda”.
Una oportunidad de mejorar
“El mismo informe, al destacar los aspectos más críticos, como por ejemplo la duración de las investigaciones, reconoce que la eficacia de la jurisdicción vaticana depende de la eficacia de las jurisdicciones extranjeras en el proporcionar rápidamente las informaciones relevantes requeridas para la realización de las propias investigaciones”, ha matizado el presidente de la ASIF.
“Las recomendaciones expresadas por el informe Moneyval con respecto a la jurisdicción del Vaticano”, ha aseverado, “constituyen un estímulo para hacerlo aún mejor, manteniendo siempre alta la calidad de los recursos humanos empleados y reforzando la actividad de todas las autoridades implicadas en la lucha contra el blanqueo de capitales y el financiamiento del terrorismo”. Y es que, de hecho, “son sugerencias que ayudan al Vaticano a contribuir a la realización, en condiciones de máxima transparencia y corrección financiera, del objetivo último de la misión de la Iglesia”.