Al Qaeda y Estado Islámico podrían necesitar dos años para planear ataques contra EE.UU.

El secretario de Defensa de Estados Unidos, Lloyd Austin, ha afirmado que grupos terroristas como Al Qaeda y Estado Islámico podrían necesitar únicamente «dos años» para restaurar sus capacidades para planear ataques contra Estados Unidos y sus aliados una vez se complete la retirada de tropas internacionales de Afganistán.

Antilavadodedinero / Notiamerica

Austin ha sostenido ante el Congreso que estos grupos necesitarían «posiblemente unos dos años» para regenerar sus capacidades, en medio de las preocupaciones sobre un posible resurgimiento de ambos una vez se complete la retirada de tropas, especialmente ante los avances territoriales por parte de los talibán durante los últimos meses.

En este sentido, el jefe del Estado Mayor Conjunto de Estados Unidos, general Mark Milley, ha indicado que este marco temporal podría ser incluso menor, dependiendo de la capacidad del Gobierno afgano de resistir ante los avances de los insurgentes, según ha recogido la emisora estadounidense Voice of America.

«Si hubiera un colapso del Gobierno o una disolución de las fuerzas de seguridad afganas, el riesgo obviamente aumentaría», ha sostenido. El presidente estadounidense, Joe Biden, anunció en abril que la retirada de tropas concluirá el 11 de septiembre, en el 20º aniversario de los atentados del 11-S de 2001.

Los servicios de Inteligencia estadounidenses han advertido en las últimas semanas sobre el peligro de un resurgimiento de estos grupos terroristas en Afganistán, con el impacto que ello podría tener en la región.

Así, Christine Abizaid, nominada para encabezar el Centro Nacional Antiterrorista de Estados Unidos, dijo la semana pasada que «en cualquier lugar en el que hay una presencia terrorista significativa hay un peligro de que se convierta en una plataforma para amenazar el país», en referencia a Estados Unidos.

Kabul ha acusado a los talibán de mantener sus lazos con Al Qaeda, en contra de lo pactado en el histórico acuerdo de paz firmado el 29 de febrero entre Estados Unidos y los insurgentes, si bien los talibán han insistido en que Al Qaeda «no tiene presencia en Afganistán».

Sin embargo, el Consejo de Seguridad de Naciones Unidas indicó en un informe publicado a principios de junio que los talibán suponen una amenaza creciente para las autoridades afganas y agregara que los talibán y Al Qaeda siguen manteniendo lazos «cercanos» pese al citado acuerdo.

El informe recoge que «los talibán y Al Qaeda siguen manteniendo lazos cercanos y no muestran signos de romper sus lazos», antes de resaltar que «no hay cambios materiales en esta relación, que ha sido cada vez más profunda como consecuencia de los lazos personales de matrimonio y su papel compartido en la lucha, cimentado a través de lazos de segunda generación».

«Los miembros (de Al Qaeda) han sido reubicados a zonas más remotas por los talibán para evitar quedar potencialmente expuestos y ser atacados», resaltó el texto, que hizo hincapié en que «Al Qaeda mantiene el contacto con los talibán, pero ha minimizado las comunicaciones abiertas con la cúpula de los talibán en un esfuerzo de tener un perfil bajo y no poner en peligro la posición diplomática de los talibán respecto al acuerdo de Doha».

Por último, el informe del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas destacó que «será importante para la comunidad internacional supervisar cualquier signo de que Afganistán se convierte nuevamente en un destino para extremistas con agendas regionales e internacionales».

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