El CEO de Mitsubishi Electric anunció este viernes que renunciará a su cargo tras descubrirse que la firma falseaba los datos de inspección de los aparatos de aire acondicionado y los compresores de freno utilizados en los trenes. Esta práctica ilegítima se venía dando desde el año 1985.
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De esta manera, Takeshi Sugiyama, quien se convirtió en CEO en 2018, asume la culpa de «tres décadas de engaño sistemático», tal y como él admite, y añade que lamenta no haber informado a los accionistas en su reunión anual el 29 de junio.
«Estoy conmocionado por esto», dijo Sugiyama en una conferencia de prensa, en la que se disculpó por la falsedad documental que venía haciendo durante años la empresa. Así como prometió nombrar a un sucesor este mes, según recoge Reuters.
Si bien el ministro de Economía y Comercio de Japón, Hiroshi Kajiyama, ya había señalado que el gobierno actuaría si descubría que Mitsubishi había violado alguna ley, la compañía alegó que el equipo suministrado con datos de inspección falsos no representaba ningún riesgo de seguridad y, aunque no cumplió los contratos con sus empresas cliente, no infringió ninguna ley.
La marca admite que durante los 36 años que Mitsubishi falsificó los datos de inspección, suministró 84.600 unidades de aire acondicionado a 80 empresas ferroviarias y 1.500 compresores, utilizados en frenos y puertas de trenes, incluidos los trenes bala de alta velocidad del país, a 20 empresas, que en su mayoría eran japonesas.
No es la primera vez que Mitsubishi falsea datos
Del mismo modo que las autoridades han descubierto que Mitsubishi Electric falseaba estos datos, en 2016 también se acusó a Mitsubishi Motors de haber falsificado los datos sobre eficiencia energética de sus minivehículos.
Por aquel entonces, esta infracción afectó a unos 625.000 automóviles de este tipo vendidos en Japón, cuando la compañía manipuló el proceso de prueba del consumo de combustible de manera que los resultados reflejasen unos datos de eficiencia energética mejores que los reales.
En este caso, Mitsubishi halló los datos erróneos tras llevar a cabo una investigación interna y traslado motu proprio los resultados a las autoridades japonesas. Esta situación motivo que la compañía decidiese detener la producción y comercialización de todos los modelos afectados.