Los Machado: Narcotráfico, lavado de dinero y una torre de U$S 40 millones

Los casos de argentinos que salen al mundo en busca de éxito económico, que hoy suelen llenar los portales de noticias a los que les gusta exacerbar las historias de gente que “huye” del país y triunfa en el exterior, no siempre terminan bien. Puede fallar.

Antilavadodedinero / diariojornada

La historia de los hermanos Federico Andrés –alias “Fred”- (53) y Gastón Edgardo Machado (51), criados en el populoso barrio Constitución de Trelew (más conocido como las “Mil Viviendas”) y con una meteórica carrera empresaria en Estados Unidos y Guatemala, terminó de la peor manera.

“Fred” se fue de Chubut hace muchos años y desarrolló su vida entre Miami, Buenos Aires y Viedma, la capital de Río Negro, en donde tiene familiares, se formó como piloto civil y tiene negocios de todo tipo. Gastón, en cambio, vivió en Trelew hasta enero de 2017, en donde matizaba su vida como vendedor de aberturas con una fuerte afición a la pesca.
Ascenso y caída

La debacle comenzó el 16 de abril pasado, cuando “Fred” fue detenido en el Aeropuerto de Neuquén a partir de una “alerta roja” emitida por Interpol a pedido de Estados Unidos, acusado de integrar una red vinculada al narcotráfico y al lavado de dinero.

Radicado desde hace muchos años en Miami, “Fred” figura como propietario de al menos dos empresas dedicadas a la aviación con base en en el Estado de Florida: South Aviation Inc. y Pampa Aircraft Financing.

Machado fue acusado en febrero de este año por el Gobierno de Estados Unidos, junto con otras siete personas, de integrar una organización criminal que entre los años 2012 y 2020 conspiró con narcotraficantes en Colombia, Venezuela, Ecuador, Belice, Honduras, Guatemala y México para enviar miles de kilos de cocaína hacia Estados Unidos. A Machado, otra empresaria del negocio de la aviación, la norteamericana Debbie Mercer-Ewin, y su hija Kayleigh Moffett, los acusan de haber lavado al menos unos 350 millones de dólares entre 2016 y 2020, según las investigaciones de la fiscalía estadounidense.

“Fred” Machado ya había sido rozado por otro caso resonante de narcotráfico, cuando fue vinculado en 2011 al famoso “narcoavión” de los hermanos Gustavo y Eduardo Juliá –hijos de un exjefe de la Fuerza Aérea Argentina-, condenados en 2013 a la pena de 13 años de cárcel por el contrabando de 944,5 kilos de cocaína ocultos en un lujoso avión que aterrizó el aeropuerto de El Prat, en Barcelona.

Según se reveló en su momento, los Juliá contactaron a Machado para alquilarle un avión, pero por motivos que se desconocen, el argentino radicado en Miami cambió las condiciones económicas a último momento y los Juliá terminaron rentando otra aeronave. El dato es que “Fred” triplicó el alquiler del avión a último momento con la clara intención de que los Juliá debieran conseguir otra aeronave. Los investigadores de aquel caso sospecharon que Machado podría tener información de que algo andaba mal y eligió no alquilarles una de sus aeronaves.

Machado, detenido desde hace tres meses en una dependencia de la Policía de Seguridad Aeroportuaria (PSA) en Bariloche, solicitó el mes pasado en una audiencia que no lo extraditen a Estados Unidos. Fue ante el juez federal Gustavo Villanueva, con la presencia de la fiscal federal Cristina Beute y los abogados defensores del empresario, Francisco Oneto y Roberto Rallín.

Según se estima, Machado intentará demorar todo lo que pueda su salida hacia Estados Unidos, en donde podría enfrentar un pena de muchos años de prisión por los delitos que le endilgan.

Negocios en Río Negro

“Fred”, alejado de su familia trelewense desde hace años, desarrolló sin embargo una serie de negocios en Río Negro y Neuquén vinculados a los servicios petroleros, las arenas silíceas y la aviación, entre otros. En todos sus negocios siempre aparece otro personaje clave: su primo Claudio Cicarelli, un exjugador de básquet con fuertes contactos políticos y empresariales en la capital de Río Negro.

Los apellidos de Machado y Ciccarelli llegaron a los medios nacionales en 2019, cuando por entonces eran absolutamente desconocidos y fueron señalados por varios medios nacionales -entre ellos, la revista Noticias- como “mecenas” del entonces candidato presidencial, el derechista José Luis Espert, un habitual crítico de la “corrupción K”.

Ese año, una lujosa camioneta Jeep Grand Cherokee propiedad de Ciccarelli fue usada durante la campaña presidencial por Espert y su candidato a vice, el periodista Luis Rosales. Un extraño suceso llamó la atención de los medios nacionales: con Espert y Rosales a bordo, junto a un chofer, la Gran Cherokee fue atacada en plena calle en un hecho confuso y nunca esclarecido, mientras se dirigía a Crónica TV para una entrevista de campaña.

Por si fuera poco, Espert utilizó en esa misma campaña un avión propiedad de “Fred” Machado durante una gira para presentar su libro “La sociedad cómplice”. “Gracias a Fred Machado por el excelente vuelo que hemos tenido”, dijo ante una numerosa audiencia en Viedma, con Machado y Ciccarelli aplaudiendo entre los presentes.

Desde la detención de Machado, Espert no ha emitido comentario al respecto.

Conexión Guatemala

La detención de Machado en la lejana Patagonia argentina cayó como una bomba en Centroamérica. Más precisamente en Guatemala, en donde “Fred” había montada una amplia red de negocios que iban desde los desarrollos inmobiliarios hasta la minería.

Unos meses antes de su detención en Argentina, Machado había sido citado el 27 de enero por el Congreso de la República Guatemalteca como presunto responsable de la explotación de una mina ilegal en Camotán (Chiquimula), donde estarían extrayendo oro y plata.

La red de negocios en Guatemala incluía fuertes contactos políticos. Por ejemplo, según publicó el diario El Periódico de Guatemala, una de las abogadas de Machado es actualmente asesora de la diputada por Alta Verapaz, Lilian García, electa por la UNE.

Lo primero es la familia

En 2017, “Fred” unió a sus negocios guatemaltecos a su hermano Gastón, que hasta 2016 vendía aberturas en Trelew a través de una empresa denominada Pina SRL, que había pertenecido a su padre, un trabajador metalúrgico domiciliado en las “Mil Viviendas”.

Según varias fuentes consultadas, Gastón se fue de Trelew a finales de 2016 dejando un tendal de reclamos de clientes que nunca recibieron sus aberturas. Ahora se sabe que se instaló en Guatemala para administrar los negocios inmobiliarios de su hermano. Allí, además, se presentaba como “arquitecto”, aunque nunca se recibió.

Los Machado constituyeron en un año siete empresas en la zona de Izabal dedicadas a la construcción, los alimentos y el transporte, entre otros. Una de las sociedades, Desarrollos Inmobiliarios Izabal, montó un megaproyecto para construir la “Torre Manatí”, que se promocionaba como “la más alta de Centroamércia”, que iba a estar erigida en Puerto Barrios, un lugar con poco desarrollo inmobiliario, mucho potencial turístico pero rodeado de pobreza extrema, según reportó la prensa guatemalteca.

El exclusivo edificio de departamentos de 37 pisos con vista al mar, valuado en 40 millones de dólares, comenzó a venderse “al pozo”. Pero luego de recibir el dinero de muchos inversionistas el proyecto se cayó al ritmo de los problemas de “Fred” Machado. En la zona sólo hay un baldío.

Entonces, ante el reclamo de muchos de los que había puesto dinero, la Municipalidad de Puerto Barrios informó que la sociedad no contaba con licencia para construir sino con una “autorización previa”. Y el Ministerio de Ambiente y Recursos Naturales aclaró que la empresa nunca presentó el estudio de impacto ambiental.

Con “Fred” detenido en Neuquén acusado de lavar dinero del narcotráfico, a su hermano Gastón se lo dejó de ver en los lugares que solía frecuentar en Guatemala.

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