Durante casi una década, el Inspector General Especial para la Reconstrucción de Afganistán (SIGAR, por sus siglas en inglés) alertó en sucesivos informes que el fraude, el despilfarro y el abuso se habían enquistado en los 145.000 millones de dólares que los contribuyentes estadounidenses han gastado para reconstruir el país. Tanto es así que estimaba que la mala gestión de los fondos resultó en una pérdida de casi 20.000 millones de dólares desde 2002.
Antilavado de dinero / El Economista.
En su última edición, terminada justo antes de la toma del poder por los talibanes, John Sopko, el encargado de auditar las inversiones, concluye que los beneficios no son proporcionales a la inversión ni sostenibles tras la retirada de las tropas estadounidenses.
«Si el objetivo era reconstruir y dejar atrás un país que pudiera sostenerse por sí mismo y que representara una pequeña amenaza para los intereses de seguridad nacional de EEUU, el panorama general en Afganistán es sombrío», concluye el informe.
Un pozo sin fondo
El pozo sin fondo de las inversiones estadounidenses para reconstruir puede desglosarse en cuatro áreas: seguridad (88.320 millones de dólares), gobernanza y desarrollo (35.950 millones), operaciones civiles (14.870 millones) y ayuda humanitaria (4.130 millones). Sin embargo los casos de corrupción y mala gestión han sido evidentes a lo largo de los años.
Sopko señaló en uno de sus diversos informes que la falta de supervisión permitió el soborno, el fraude, la extorsión y el nepotismo, «así como el empoderamiento de los señores de la guerra y sus milicias». «La corrupción socavó significativamente la misión de EEUU en Afganistán al dañar la legitimidad del gobierno afgano, reforzar el apoyo popular a la insurgencia y canalizar recursos materiales a los grupos insurgentes», recalcó.
Durante la jornada del lunes, la seguridad en el aeropuerto de Kabul continuó agravándose después de que un soldado afgano muriera, mientras decenas de miles de personas siguen intentando huir del país. El presidente de EEUU, Joe Biden, dijo el domingo que su Administración podría ampliar el plazo del 31 de agosto para la retirada de las tropas y el Pentágono solicitó la ayuda de las compañías aéreas estadounidenses para evacuar a los estadounidenses y a sus socios afganos del país.
Biden mantuvo durante el fin de semana su primera conversación telefónica desde que llegase a la Casa Blanca con el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, al que agradeció «la ayuda de España para alojar temporalmente a los afganos en riesgo que se dirigen a EEUU en las bases militares de Rota y Morón».
Precisamente, la plantilla de trabajadores civiles de la base aérea de Morón realizaba el lunes el acondicionamiento de las instalaciones de alojamiento para que los refugiados afganos tengan una estancia «lo más llevadera posible», según el presidente del comité de empresa, José Armando Rodríguez.
El dato: 2.400 millones de dólares
De los 7.800 millones de dólares gastados en bienes de capital desde 2008, al menos 2.400 millones de dólares se gastaron en edificios y vehículos que han permanecido sin uso, han sido abandonados o no se han utilizado para los fines previstos. La agencia no pudo informar sobre el importe total gastado, ya que la construcción o la adquisición de activos no se completó en algunos casos.