Un artículo de prensa elaborado por el periodista David C. Adams y publicado por Univision Noticias detalla que Estados Unidos está empezando a intensificar sus esfuerzos de lucha contra la corrupción en Centroamérica tras el anuncio de un grupo de trabajo especial en junio, durante una visita a Guatemala de la vicepresidenta Kamala Harris.
Antilavado de dinero / El Periódico.
“Las embajadas de Estados Unidos en Guatemala, El Salvador y Honduras están conformando equipos de fiscales con el objetivo principal de proporcionar apoyo a los esfuerzos locales de aplicación de la Ley. También tendrán la autoridad para permitir la revocación más rápida de las visas, en cuestión de días, de los presuntos delincuentes’’, dijo un alto funcionario del Departamento de Estado a Univision Noticias.
De acuerdo con la nota de prensa, la misma fuente del Departamento de Estado también reveló que “aunque la política es todavía relativamente nueva, ya hemos visto un impacto significativo en el que las acciones que estamos tomando están haciendo que la gente reconsidere si les gustaría ser más cooperativos o no”, dijo el funcionario.
El memorando de Biden
A principios de junio, la vicepresidenta de Estados Unidos, Kamala Harris, visitó Guatemala con la misión de poner de relieve una nueva prioridad del gobierno de Joe Biden: abordar las causas fundamentales del aumento de la migración a la frontera entre México y Estados Unidos, citando la corrupción como una de las principales fuerzas impulsoras del éxodo de la región.
En julio, el presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió un memorando en el que establecía que “la lucha contra la corrupción es un interés fundamental para la seguridad nacional de Estados Unidos”.
Las élites políticas y económicas corruptas han tratado de protegerse de la rendición de cuentas y han socavado los esfuerzos efectivos para desenredar su sistema corrupto, así como a los grupos pro democracia y de derechos humanos en la región.
Señalan que las élites de El Salvador, Honduras y Guatemala han llenado los tribunales con “sus compinches”, han despedido a fiscales generales relativamente independientes y han echado a los organismos internacionales anticorrupción.
Un contexto que demora tener resultados
Pero algunos observadores afirman que aún no se han visto muchos resultados, ya que el gobierno de Biden se ha enfrentado a distracciones con la última oleada de casos de COVID-19, la caótica retirada de Afganistán y el creciente número de migrantes en la frontera sur. También han surgido otros asuntos en Centroamérica, como las medidas autoritarias del presidente Nayib Bukele en El Salvador y de Daniel Ortega en Nicaragua.
Otros también se preguntan si ha habido tracción real debido a la resistencia de Bukele, así como del presidente de Guatemala, Alejandro Giammattei, y del de Honduras, Juan Orlando Hernández.
Señalan que la reciente destitución del Fiscal General de El Salvador y del jefe de la Fiscalía Especial Contra la Impunidad (FECI) de Guatemala han obstaculizado los esfuerzos para comprometerse con la aplicación de la Ley local.
El impulso a la lucha contra la corrupción también se ve frenado por la ausencia de funcionarios estadounidenses clave en el Departamento de Estado, incluidos los republicanos en el Congreso que retrasan el nombramiento del Subsecretario para el Hemisferio Occidental, que está a cargo de América Latina, y del Jefe de la Oficina de Asuntos Internacionales de Narcóticos y Aplicación de la Ley (INL).