Los talibanes anunciaron otra veintena de ministros y viceministros, todos hombres, pese a críticas internacionales tras presentar al núcleo duro del gabinete, todos igualmente hombres, a principios de este mes.
Antilavado de dinero / DW.
La mayoría de estos nombramientos «se realizaron en base a la profesionalidad y el mérito y fortalecerán aún más los recursos humanos del Emirato Islámico», dijo en una rueda de prensa el viceministro de comunicaciones del Gobierno islamista y principal portavoz de los talibanes, Zabihullah Mujahid.
Sin embargo, pese a la insistencia en que conformarían un Gobierno «inclusivo», entre los nuevos ministros, de Comercio o Salud, se encuentran solo unos pocos representantes de etnias no pastunes u otras minorías, y ninguna mujer.
Entre ellos están Haji Noor Uddin, nuevo ministro de Comercio; o Haji Muhammad Bashir y Haji Azim Sultan, viceministros del mismo despacho, los tres miembros de la etnia tayika; o el doctor Muhammad Hassan Ghyasi, segundo viceministro de Salud Pública, y perteneciente a la atacada minoría hazara.
Entre las 21 carteras de este Gobierno de los talibanes, se dio a conocer únicamente, además del ministro de Comercio, al nuevo ministro de Salud Púbica, el doctor Qalandar Ebad, un pastún que sustituye a Wahid Majrooh, el único ministro del Gobierno derrocado que había permanecido en su cargo.
Asimismo, se designó a mulá Sadar Ibrahm, como viceministro del Interior para la Seguridad; mulá Abdul Qayoom Zakir, como nuevo viceministro de Defensa; y al analista pro-talibán Nazar Muhammad Mutmaeen, como jefe interino del Comité Olímpico Afgano, ampliando aún más la cuota de los islamistas en el poder.
En busca de reconocimiento internacional
«Nuestro Gobierno ha brindado seguridad y está en control todo el país, se han cumplido todos los requisitos internacionales para el reconocimiento de un Estado, ahora es responsabilidad de la comunidad internacional reconocernos oficialmente», dijo el portavoz talibán.
La falta de reconocimiento internacional mantiene a Afganistán y a los talibanes no solo aislados geopolíticamente, sino también sin recursos, en tanto los organismos internacionales han congelado la mayoría de los fondos de los que disponía el país asiático.
En este momento Irán, Catar, Pakistán y algunos otros países aconsejan a los talibanes para ayudarlos a ser «reconocidos oficialmente», indicó el portavoz. Pero estos nombramientos más bien indican que los talibanes apenas se han dejado influir por las críticas internacionales, relacionadas no solo con su tratamiento de las minorías sino también de las mujeres.
Mujeres en el Gobierno o las escuelas: «pronto»
La exclusión de mujeres del Gobierno, y su retroceso en materia de derechos, con restricciones para asistir a la escuela o el trabajo, son parte de las preocupaciones de la comunidad internacional, que observa atenta sin fijar una posición clara.
Los talibanes enmarcan su actual gabinete como un Gobierno interino, sugiriendo que aún pudiera haber cambios, pero no han dicho si alguna vez habrá elecciones.
En respuesta a las preguntas, Mujahid defendió esta alineación ampliada del gabinete, con la promesa vaga de que en el futuro «nombrarán mujeres en algunos puestos» y que están trabajando para «abrir pronto» las escuelas secundarias para las niñas.
El portavoz insistió en que están «comprometidos con los derechos de las mujeres», pero que necesitan más tiempo para elaborar «algunas regulaciones y normas para ellas». Pero su afirmación llega después de que el Ministerio de Educación ordenara a los profesores y estudiantes varones volver a la escuela secundaria el fin de semana, sin mencionar a las educadoras y alumnas del país.
Mujahid tampoco hizo referencia al ministerio de Asuntos de la Mujer, que fue cerrado la semana pasada y reemplazado por un departamento que ganó notoriedad por hacer cumplir la doctrina religiosa durante el anterior régimen talibán.
Los talibanes habían anunciado ya el pasado 7 de septiembre a los principales miembros de su supuesto Gobierno interino, extraídos exclusivamente de las filas leales, con miembros de línea dura establecidos en todos los puestos clave, con mulá Hassan Akhund como primer ministro.