Los pequeños negocios son el blanco de muchos ciberdelincuentes. La falta de un equipo especializado en fraudes online, así como la carencia de preparación y medios de protección, convierte a los autónomos en un caldo de cultivo para estos ciberdelitos.
Antilavado de Dinero / El Financiero.
El Instituto Nacional de Ciberseguridad (Incibe) ha advertido de que existen seis tipos de fraude online que se repiten con mayor frecuencia. Por este motivo, alerta de los peligros que conlleva cada uno de ellos y de los elementos que utilizan para que los autónomos estén preparados ante estas amenazas.
Los seis fraudes online más frecuentes a los que se enfrenta un autónomo
La digitalización de los pequeños negocios es un avance que se viene produciendo desde hace una década y que se ha visto impulsada por la pandemia. No obstante, la rápida adopción de esta tecnología viene aparejada de un gran desconocimiento de su uso y, por ende, de la proliferación de grandes brechas de seguridad. Estos son los fraudes más comunes a los que se enfrenta día a día el colectivo:
– Email spoofing: este fraude se basa en la suplantación de una entidad o de una persona para solicitar datos importantes de la víctima. El delincuente se sirve de correos electrónicos o mensajes de texto con un remitente familiar para el autónomo y piden que suministre cierta información. Así el ciberdelincuente obtiene las credenciales necesarias para acceder a las cuentas del usuario.
– Sextorsión: tal y como explican desde el Instituto, el delincuente extorsiona a la víctima haciéndole creer que posee un video íntimo de la persona. Además, utiliza técnicas de ingeniería social para amedrentar al autónomo, como fijar un plazo máximo para el pago.
– Suplantación de proveedores: este ciberdelito se basa en solicitar a la víctima un cambio de cuenta al que ingresar los pagos. De esta manera, el delincuente se remite al autónomo con correos electrónicos muy parecidos a los de sus proveedores y crean nombres de dominio similares.
– Hotlinking: básicamente, el delincuente se apodera de la imagen de marca del autónomo. Para ello, utiliza fotos de producto, imágenes de la página web o cualquier medio que le haga mejorar su reputación sirviéndose de la suplantación.
– Suplantación de marca e imagen corporativa: estos ciberdelincuentes crean páginas web idénticas a las del autónomo y utilizan un dominio muy similar. El fin es que los clientes del negocio confundan un portal online con otro y realicen compras en el falso. Así, estos delincuentes venden productos que nunca envían castigando la imagen de marca del autónomo.
– E-skimming: este es uno de los más peligrosos, ya que de realizarse no solo afectaría al autónomo en cuestión de pérdidas de ingresos, sino que podría suponer una severa sanción por no proteger correctamente datos importantes de clientes. Este ciberdelito se basa en el robo de información bancaria de los clientes del negocio gracias a brechas de seguridad en sus plataformas.