Nicaragua amaneció con la resaca de una jornada electoral intensa, que culminó con el previsible triunfo del presidente Daniel Ortega, y que puso a la nación nuevamente en el ojo de la polémica.
Antilavado de Dinero / Sputnik News.
Bien pasada la medianoche llegó la confirmación de lo que nadie dudaba: el candidato oficialista conservaría por otro lustro las riendas del país, al recibir el 75 por ciento de los votos de quienes decidieron participar en unos comicios cuestionados por los sectores más duros de la oposición.
Miles de personas desafiaron el sueño y se congregaron en la capitalina Plaza de Las Victorias para, entre cohetazos y música, a escuchar el informe preliminar de Consejo Supremo Electoral (CSE): los colores rojo y negro del Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN) inundaron el lugar.
La Agencia Sputnik constató la afluencia de personas y el entusiasmo generalizado, que contrastó con las voces que desde redes sociales hablaban de una elevada abstención, citando un presunto monitoreo ciudadano, difícil de verificar.
Tampoco fue posible corroborar el proceso de escrutinio, que transcurrió sin presencia de prensa ni transmisión en tiempo real en un Centro Nacional de Cómputo al que solo ingresaron fiscales de los partidos políticos que contendieron.
Según la retórica gubernamental, este proceso constituye un voto por la recuperación económica y la construcción de un futuro de paz, tras sacar del escenario a los organizadores de las protestas que sacudieron el país entre abril y julio de 2018, exigiendo la renuncia de Ortega.
De hecho, la jornada transcurrió sin incidentes, con tranquilidad, ya sea por disciplina popular, ya sea porque muchos ciudadanos se rehusaron a legitimar el proceso con su asistencia, tal como llamaba a hacer en redes sociales la opositora Alianza Cívica por la Justicia y la Democracia.
Aliados saludan el proceso…
Los tradicionales aliados del sandinismo no demoraron en enviar sus saludos a Órtega, en franco espaldarazo a un evento que no tuvo observadores internacionales, si no «acompañantes», una figura más colaborativa que fiscalizadora.
El expresidente boliviano Evo Morales (2006-2019), víctima hace par de años de un golpe de Estado instigado presuntamente por observadores de la Organización de los Estados Americanos (OEA), recurrió a sus redes sociales para saludar «al digno pueblo de Nicaragua».
«En una demostración de coraje y madurez democrática, (Nicaragua) eligió al hermano Daniel Ortega como presidente constitucional pese a la campaña de mentiras, chantaje y amenazas de EEUU. El triunfo de Ortega es la derrota del intervencionismo yanqui», tuiteó el líder aymara.
Por su parte, el presidente de Cuba, Miguel Díaz-Canel, también felicitó al mandatario nicaragüense y a su esposa y vicepresidenta, Rosario Murillo, por unas elecciones que, en su opinión, «fueron una demostración de soberanía y civismo ante la cruel campaña mediática que sufren».
El también boliviano Sacha Llorenti, secretario ejecutivo de la Alianza Bolivariana para los Pueblos de Nuestra América – Tratado de Comercio de los Pueblos, felicitó al pueblo nicaragüense «por su vocación democrática y cívica».
En tanto, la cancillería de Venezuela emitió un comunicado de felicitación al triunfo del binomio Ortega-Murillo, tras el saludo dominical enviado por el presidente Nicolás Maduro.
Mientras, el canciller ruso, Serguei Lavrov, advirtió que solo el pueblo de Nicaragua tiene derecho a decidir sobre la legitimidad de los procesos electorales en su país, en alusión a las críticas y el desconocimiento de los comicios expresados por gobiernos y organismos foráneos.
«¿Debemos rechazar un proceso electoral tranquilo, en paz (…) que ratifica a un gobierno con un proyecto político que ha garantizado felicidad, alegría, éxito, tranquilidad, progreso, estabilidad a su pueblo? No», recalcó Lavrov, en un dardo directo a la Casa Blanca.
…Los detractores lo desconocen
El presidente de Estados Unidos, Joe Biden, emitió el domingo un comunicado en el que calificó de «pantomima» los comicios en Nicaragua, y comparó a Ortega con Anastasio «Tachito» Somoza, el dictador contra el que luchó el líder sandinista medio siglo atrás.
El secretario de Estado (canciller), Anthony Blinken, agregó que Estados Unidos usará todas las herramientas a su disposición, incluyendo sanciones y restricciones de visa, contra quienes apoyaron los actos «no democráticos» del oficialismo en Nicaragua.
A su vez, la Unión Europea (UE) declaró que las elecciones «carecen de legitimidad» y el ministro español de Asuntos Exteriores, José Manuel Albares, fue más allá, al considerarlas «una burla al pueblo de Nicaragua, a la comunidad internacional y a la democracia».
Además, Costa Rica estuvo entre los primeros países de la región que se negaron a reconocer los resultados de estas elecciones, y en El Salvador, el presidente Nayib Bukele se burló en redes sociales de los saludos de la izquierda local al triunfo de Ortega y Murillo.
Tales condenas, empero, no parecen quitarle el sueño al Gobierno a la administración sandinista, cuyo canciller, Dennis Moncada, le dijo a la Agencia Sputnik que «a las autoridades de Nicaragua las elige el pueblo, no las potencias imperiales».
Por: Tomás Lobo.