Siempre me ha llamado la atención la tendencia de los anglosajones a ponerle acrónimos a las cosas. Y, como no podía ser menos, también en los mercados.
Antilavado de Dinero / El Economista.
Esto es importante, porque ya sabemos que cada vez que en Wall Street le ponen un acrónimo a algo relacionado con la economía o las finanzas, va a estar en la mente de los inversores. Los españoles lo sabemos muy bien: acuérdense de cuando los ingleses tuvieron la delicadeza de incluirnos en el acrónimo PIGS, ese que crearon durante la crisis del euro. ¿Mal día para los PIGS? Subía la prima de riesgo, bajaba la bolsa y caía el euro. ¿Mejoraban las expectativas? Bajaba la prima de riesgo, subía la bolsa, subía el euro. Se han hecho fortunas manejando adecuadamente el efecto de aquel infame acrónimo en la mente de los inversores, tanto al alza como la baja.
Lo que nos lleva al último acrónimo de moda en Norteamérica, que tiene la ventaja en esta ocasión de que no es ofensivo para España. Se trata del PEA, es decir, «Policy Error Anxiety», cuya traducción más o menos literal sería «Ansiedad por Error en Política», entendiéndose por «política» la política monetaria. Se refiere a la ansiedad que se vive en el mercado, sobre todo en el de deuda pero también en las bolsas, ante la posibilidad de que los bancos centrales se estén equivocando cuando consideran que la inflación actual es algo transitorio. Lo que produce ansiedad es que tengan que plegar velas mucho más pronto y mucho más rápido de lo previsto, es decir, cerrar el grifo de las inyecciones de liquidez antes. Y todavía peor: que tengan que subir los tipos de interés.
De hecho, uno de los motivos por los que el cambio de política monetaria realizado por la Fed ha funcionado tan bien es porque han preparado al mercado durante meses. El precio de los bonos ha ido descontando el nuevo escenario y, si bien han caído, no ha sido un desplome ni se ha disparado la volatilidad. Y a la bolsa hasta le ha venido bien, que es lo que pasa cuando el mercado se encuentra con que se confirma el mejor escenario posible, puesto que nadie esperaba que estuvieran comprando bonos eternamente.
Esa ansiedad debería ser mucho mayor en Europa (y no lo es, al menos de momento). El BCE no solo no ha preparado al mercado para un cambio de política monetaria, sino que le ha dicho que aquí no pasa nada, que va a seguir comprando bonos como si siguiéramos en plena pandemia y que si se supera la pandemia se inventará otro programa de compras. Que lo que le interesa es mantener bajas las prima de riesgo pese a haberlo negado hace unos meses -, y que la inflación es un fenómeno transitorio que desaparecerá tan pronto se normalicen los problemas de las cadenas de producción.
Imagínense ahora que se equivoca y tiene, no ya que cambiar de dirección, sino frenar en seco y meter la marcha atrás rascando la caja de cambios. Si en Estados Unidos ha caído el precio de los bonos como consecuencia del cambio de política económica, no les quiero decir dónde irían los bonos europeos si el BCE tiene que dar ese frenazo. Si en Estados Unidos la bolsa lo ha llevado bien es porque le han avisado con tiempo del cambio y le han dicho que sería amable y gradual. Imagínense si el BCE le tiene que decir a las bolsas europeas que se acabó la fiesta y que en 10 minutos todo el mundo a casa.
Si es un inversor, y sobre todo si es un «trader», no se olvide de este acrónimo. Cuando el mercado se muestre ansioso porque la Fed o el BCE pudieran estar equivocándose – sobre todo el BCE, ya la Fed al menos está cambiando ya de dirección – tendremos determinados movimientos, tanto en el mercado de bonos como en el de acciones o divisas. Y viceversa.
Un ejemplo lo acabamos de tener ahora que la pandemia le he dado un «respiro» a la Sra. Lagarde, al interpretar que, a más pandemia, menos riesgo de inflación y, por lo tanto, menos PEA. Pero ya verán como sube el PEA cuando, como dijo recientemente un ministro alemán en un arranque de sinceridad, la pandemia esté superada porque estemos todos vacunados, infectados o fallecidos y el mercado piense que el BCE se ha pasado de frenada. Y no les quiero decir como la inflación en lugar de bajar por debajo del 2% como espera el BCE, se mantenga por encima. En ese caso la señora Lagarde recibirá una carta con el acrónimo PEM, es decir «Policy Error Mistake» seguido de un «You are fired». En castellano «Error en Política» (económica): está Ud. despedida».
Por: Víctor Alvargonzález.