Personas refugiadas rohinyás demandaron a Facebook este lunes (06.12.2021) por 150.000 millones de dólares argumentando que la red social no consigue frenar la incitación al odio en su plataforma, exacerbando la violencia contra esta vulnerable minoría.
Antilavado de Dinero / DW.
La queja -presentada en una Corte en California- dice que los algoritmos de la empresa basada en Estados Unidos promueven desinformación y pensamientos extremistas que se traducen en violencia en el mundo real. «Facebook es como un robot programado con una misión singular: crecer», apunta el documento judicial.
«La realidad innegable es que el crecimiento de Facebook, alimentado por el odio, la división y la desinformación, ha dejado cientos de miles de vidas rohinyás devastadas a su paso», agregó la fuente. El grupo esencialmente musulmán enfrenta amplia discriminación en Birmania, donde sus integrantes sufren desprecio como personas foráneas, a pesar de haber vivido en el país por generaciones.
Una campaña respaldada por el Ejército que -según la Organización de las Naciones Unidas (ONU), equivalía a un genocidio- expulsó a cientos de miles de personas rohinyás en 2017 hacia la frontera, hasta Bangladés, donde desde entonces viven en campos de refugiados. Otros siguen en Birmania donde no tienen derecho a una ciudadanía y donde son objeto de violencia común y discriminación por la actual junta militar que controla el país.
La queja legal argumenta que los algoritmos de Facebook guían a usuarios más susceptibles a unirse a grupos más extremos, una situación que está «abierta a ser explotada por políticos y regímenes autocráticos».
Grupos de derechos humanos han dicho con frecuencia que Facebook no hace lo suficiente para prevenir la propagación de la desinformación. Los críticos aseguran que incluso cuando fueron alertados sobre discurso de odio en su plataforma, la compañía no actuó y afirman que esto permite que noticias falsas proliferen, afectando la vida de minorías y atacando elecciones en democracias como las de Estados Unidos donde acusaciones de fraude, sin fundamento, circularon y se intensificaron entre personas afines.
En 2021, una enorme filtración por cuenta de una denunciante desató artículos argumentando que Facebook, cuya compañía madre ahora es llamada Meta, sabía que sus páginas podrían hacerles daño a algunos de sus miles de millones de usuarios, y que los ejecutivos prefirieron crecer antes que optar por un espacio más seguro. De acuerdo con las leyes estadounidenses, Facebook está protegido de asumir la responsabilidad del contenido publicado por sus usuarios.
La demanda de los grupos rohinyás, anticipando esta defensa, argumenta que donde pueda ser aplicable debe prevalecer en el caso, como en Birmania, que no tiene este tipo de protecciones. Facebook, que no respondió aún a la consulta sobre la demanda, ha estado bajo presión en Estados Unidos y Europa para eliminar las noticias falsas, particularmente en cuestiones electorales y referentes al coronavirus.