Aunque hay muchas ideas interesantes en el mundo de las criptomonedas, es el lugar idóneo para blanquear dinero y realizar estafas financieras. Asimismo, consume grandes cantidades de electricidad, aumentando el riesgo de hacer añicos la estabilidad financiera
Antilavadodedinero / Larazon
La especulación con criptomonedas está a la orden del día. Además del archiconocido bitcoin, en la actualidad existen más de 8.500 criptomonedas, aunque sin duda alguna, hay algunas criptomonedas más conocidas que otras y con una mayor capitalización de mercado. Una de ellas es “ethereum” que, además de ser una moneda, se está convirtiendo en una plataforma para organizar todo tipo de negocios y actividades.
Y aunque existen muchas ideas interesantes en el mundo de las criptomonedas, también es el lugar idóneo para blanquear dinero y realizar estafas financieras. Asimismo, consume grandes cantidades de electricidad, lo que aumenta el riesgo de hacer añicos la estabilidad financiera.
Según el “Bitcoin Electricity Consumption Index” de la Universidad de Cambridge, se estima que el bitcoin consume aproximadamente 143 teravatios por hora (TWh) de electricidad al año, alrededor del 0,65% del consumo mundial de electricidad. Incluso consume más energía que varios países, por ejemplo, Noruega consume unos 124 TWh de electricidad, mientras que Chile consume 74 TWh. De hecho, si el bitcoin fuera un país, sería la 27ª nación con mayor demanda energética del planeta. Pero incluso si las criptomonedas usaran solo un poco de electricidad, aún habría problemas.
La mayoría de las transacciones son, en teoría, anónimas e irreversibles, lo que las convierte en la forma idónea para blanquear dinero, evadir impuestos o extorsionar. Incluso existe una estafa exclusiva para las criptomonedas llamada popularmente “tirón de alfombra”, en la que un estafador (o un grupo de ellos) establece una nueva moneda, la “bombea” y luego la cobra para posteriormente cerrar toda su estructura de comercio, imposibilitando a los usuarios la venta de esa criptomonedas. Según varias estimaciones estos delincuentes se llevaron al menos 4.500 millones de dólares en 2019, aunque esta cantidad descendió a 1.900 millones de en 2020.
Finanzas descentralizadas
Dejando a un lado el crimen, probablemente la mayor amenaza potencial está en la construcción de nuevas estructuras financieras fuera de la supervisión de cualquier estado regulador. Las llamadas “finanzas descentralizadas” (DeFi) permiten a las personas establecer contratos financieros fuera de las estructuras normales de Wall Street utilizando como medio de pago las criptomonedas. Estos contratos pueden realizarse para cosas cotidianas como seguros o derivados financieros, pero también en “contratos inteligentes” que pueden realizarse para prácticamente cualquier condición que deseemos.
Para los estudiosos de la crisis financiera, las finanzas descentralizadas tienen una gran similitud con el sistema bancario en la sombra que implosionó en 2008 y ayudó a colapsar la economía mundial. En aquel entonces, todos los grandes actores de las finanzas globales habían llegado a confiar en este sistema para sus operaciones diarias.
Pero debido a que tenía pocas regulaciones o protecciones, comparándolas con las que existen en la banca tradicional (como el seguro de depósitos), cuando el mercado de valores respaldado por las hipotecas comenzó a implosionar, se extendió el pánico, los costes de financiación se dispararon y todo el sistema se paralizó, destruyendo bancos de inversión global como “Bear Stearns” y “Lehman Brothers”. Aunque lo más preocupante es que el resto de Wall Street habría seguido el mismo camino si no fuera por el rescate del gobierno.