La captura de Fernando Giraldo “Boliqueso” es un éxito policial, pero al mismo tiempo revela el alcance de los grupos criminales y su presencia en México. Desde 2018 la Policía Nacional de Colombia (PNC) andaba tras la pista de Fernando Giraldo “Boliqueso” uno de los narcotraficantes más poderosos.
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Elementos de inteligencia de la Marina Armada de México también le seguían el rastro, cuando menos desde 2020. Los trabajos de seguimiento y de análisis fueron cruciales para dar resultados.
Lo detuvieron el 21 de abril de este año, en una operación que culminó meses de vigilancia y que requirió de la participación fuerzas especiales de la Marina, de agencias de Estados Unidos y Gran Bretaña, además, por supuesto, de la PNC.
Es uno de los mayores golpes al crimen organizado, desde la captura de Darío Úsuga “Otoniel”.
El negocio de Boliqueso, de la mano de cárteles del narcotráfico mexicanos, se extiende a los Emiratos Árabes Unidos además de EEUU, Centroamérica y Europa.
La captura en la capital del país no es casual y más bien refleja los lazos del negocio de las drogas, donde los narcos colombianos surten de drogas a sus contrapartes mexicanas.
Algunos informes refieren que “Boliqueso” realizó una cumbre de jefes de las drogas en 2021, con el propósito de mejorar los negocios y de establecer las responsabilidades de cada organización.
Pero “Boliqueso” estaba jugando contra el tiempo, porque además de los policías colombianos, lo andaban buscando sus exsocios del cártel del Norte del Valle, quienes ofrecían una recompensa de un millón de dólares para quien diera con su paradero. Lo querían más muerto que vivo.
Los datos indican que Boliqueso se sentía seguro en territorio nacional, ya que organizaba fiestas y viajaba con frecuencia a Cancún, Acapulco y Monterrey. Solía desplazarse en autos de alta gama y no escatimaba en gastos.
Es poco frecuente que un jefe de ese nivel delictivo en la jerarquía delincuencial de los grupos colombianos haya permanecido en México, si su estancia no está ligada a necesidades de las propias organizaciones delictivas.
En ese sentido, las alertas deben estar ya encendidas en las áreas de seguridad de los países involucrados, porque en realidad se trata de los alcances de una verdadera red de carácter internacional y que adquirió modalidades y rutinas distintas a las tradicionales.
Para tener una idea del tamaño del negocio de Boliqueso, hay que observar con un kilo de cocaína tiene un costo de mil 300 dólares en Colombia, 34 mil dólares en Estados Unidos, 60 mil dólares en Europa, 80 mil dólares en Asia y 244 mil en Oceanía, de acuerdo a información obtenida por el diario El Tiempo que se edita en Bogotá.
“Boliqueso” inició su carrera delictiva joven. A los 15 años ya comandaba un grupo de 200 sicarios al servicio del cartel del Norte del Valle. En ese tiempo de encargaba de cobrar deudas y de vigilar que el dinero llegara a donde tenía que llegar.
A los 24 años se convirtió en el encargado de las rutas internacionales para el trasiego de la cocaína. En 2016 fue detenido en Brasil, pero dos años después obtuvo su libertad en un proceso judicial que estuvo plagado de extrañezas.
“Boliqueso” estableció su residencia en México, luego de estar una temporada en España.