La Unión Europea parece haberse posicionado por delante de Estados Unidos y Gran Bretaña en lo que respecta a dotar a las criptomonedas de un marco regulatorio. Teniendo en cuenta que este sector mueve más de 2 billones de dólares, esto no es tarea fácil y desde el punto de vista legislativo supone un reto.
Antilavadodedinero / Cointelegraph
La Comisión Europea creó el MiCA con el objetivo de acercar los productos financieros relacionados con las criptodivisas a los usuarios sin comprometer la estabilidad de los mercados financieros. También se busca poder establecer unas reglas comunes respecto a la emisión y prestación de servicios de criptoactivos. Muchos de estos activos actualmente se encuentran en un limbo jurídico no cubierto por la legislación vigente de servicios financieros.
Podría decirse que la protección de los usuarios de criptomonedas es una de las principales preocupaciones de la Unión. Esta protección al usuario tiene que equilibrarse con la necesidad de tener la capacidad de acceder a productos de inversión más vanguardistas, así como con los riesgos normativos y financieros que conlleva un uso más amplio de activos potencialmente peligrosos. Otra de las claves del MiCA es intentar evitar que los ciudadanos sean víctimas del abuso del mercado, las estafas y los hackeos.
¿Cómo puede el MiCA beneficiar a la industria de las criptomonedas?
Uno de los puntos positivos de la propuesta de la CE tiene que ver con la homogeneización de las normativas en los países pertenecientes a la Unión. Hasta ahora las empresas de criptoactivos son incapaces de disfrutar de los beneficios del mercado interior europeo de servicios financieros.
Esto es debido principalmente a la falta de seguridad jurídica sobre las criptomonedas, así como a la ausencia de un régimen de regulación y supervisión específico y coherente a nivel europeo.
En la mayoría de los Estados miembros los proveedores de servicios hacen negocios fuera de los regímenes regulatorios, lo que está obligando a estos gobiernos a desarrollar marcos nacionales personalizados para regular estos negocios. Estos diferentes marcos, regulaciones y definiciones, tanto de los activos de criptodivisas como de sus proveedores de servicios, están poniendo trabas al desarrollo de algunas empresas y su capacidad para escalar sus operaciones a nivel de la UE.
En muchas ocasiones las empresas pierden dinero y se ven perjudicadas por culpa de los altos costes, la complejidad legal y la incertidumbre regulatoria.
Todo ello da lugar a lo que se podría definir como un «terreno de juego desigual» para los proveedores de servicios, lo que en última instancia repercute en la eficiencia del mercado interior. Debido a la falta de un marco común de la UE, tanto los proveedores y exchanges como sus clientes corren el riesgo de verse perjudicados por los inconvenientes de adaptarse a tantas regulaciones diferentes.
Tanto proveedores como inversores han tenido que sufrir durante mucho tiempo las consecuencias de intentar sobrevivir a regulaciones fragmentadas y enrevesadas que difieren enormemente de un estado miembro a otro.
Finalmente, hay que tener en cuenta que MiCA simplificará la burocracia y el proceso de concesión de licencias para los proveedores de servicios. Esto se conseguiría porque sería posible extender la concesión de licencias del Estado miembro de origen a todos los Estados miembros, ahorrando así un tiempo, un coste y una mano de obra considerables.