Los últimos casos de narcotráfico que se conocieron en Bolivia que implican a policías de distintos rangos y a poblaciones enteras como protectoras de esta actividad, el uso de aeródromos y hasta narcohelicópteros han puesto nuevamente en la mesa el debate sobre si el país se ha convertido en un «narcoestado».
Antilavadodedinero / Entornointeligente
El experto peruano en narcopolítica Jaime Antezana Rivera, que sigue de cerca la dinámica del narcotráfico en Bolivia, señaló que en el país existe un manejo de «alto nivel» sobre el tema y no solo se trata de «mochileros».
«En Bolivia no es un tema menor, este es un tema de gran envergadura, de poderosos y yo creo que hay un eje en América Latina que es el eje Bolivia-Venezuela que pretende manejar la droga», dijo.
Para Jean-Francois Barbieri, un expolicía francés especializado en la lucha antidroga en Marsella y agregado de Seguridad Interior en la Embajada de Francia en La Paz (2009-2012), como lo afirma en su libro «El narcoamauta», es «muy difícil que policías de alto rango participen en narcotráfico sin una ayuda o una complicidad de algunos políticos», esto considerando que se trata de cargamentos de cientos de kilos que están en juego.
Ambos también coinciden en que de forma directa o indirecta se ha beneficiado al narcotráfico con algunas políticas gubernamentales, como por ejemplo, la aprobación de la Ley General de la Coca que legalizó la coca excedentaria en Bolivia, sobre todo la que está en el trópico de Cochabamba.
En la actualidad son 22 mil hectáreas de cultivos en el país, más de 7 mil están en Chapare y, según la Oficina de las Naciones Unidas contra las Drogas y el Delito (Onudc), más del 90 por ciento de esa coca no pasa por el mercado legal.
«Todo lo que ha hecho Evo Morales y ahora también con el gobierno de (Luis) Arce en favor de los cocaleros del Chapare, es en realidad en favor de los narcococaleros, es decir, que esta política favorece el narcotráfico», dijo Francois Barbieri.
Jaime Antezana indicó que a nombre de la «hoja sagrada» se han ampliado cultivos de coca, pero también para beneficiar al sector se ha construido un aeropuerto en el trópico que «podrá no funcionar legalmente, pero yo sé que funciona ilegalmente. Evo Morales no creo que sea un indígena que no vea esos asuntos».
«Narcopolicías»
En las últimas semanas, se ha visto a policías implicados en «volteos», protección o, incluso, ser parte de organizaciones de tráfico ilícito de drogas, acciones que han puesto nuevamente en tela de juicio el trabajo que realiza la institución verde olivo y, en especial, la Fuerza Especial de Lucha Contra el Narcotráfico (Felcn).
Además del exfeje de la Felcn, René Sanabria, detenido en 2011 por ser el «capo» de un cartel internacional de narcotraficantes, en enero de este año, la DEA de Estados Unidos detuvo al policía boliviano Omar Rojas Echevarría por ser miembro de una red internacional de narcotraficantes. Rojas es hermano de una exconcejal del Movimiento Al Socialismo (MAS) del municipio de Sacaba en Cochabamba.
También por investigación de la DEA se supo que el coronel Maximiliano Dávila, exjefe de la Felcn, está involucrado en garantizar el espacio aéreo y una pista de aterrizaje de narcovuelos. En la actualidad está detenido, pero no por narcotráfico.
El 3 de abril, Evo Morales denunció, mediante unos audios, que exjefes policiales de la Felcn ordenaron suspender un operativo de interdicción en Puerto Villarroel, donde había cuatro fábricas de droga y un megalaboratorio de cristalización. A raíz de la denuncia se cambiaron a los jefes policiales y se inició una investigación en la justicia.
En abril pasado, ocho policías antinarcóticos de Beni fueron enviados a la cárcel por «desviar» 800 kilos de droga que incautaron de un total de 1.600, hasta la fecha la sustancia no apareció.
Aunque el tema de los narcopolicías no solo es un problema de Bolivia, porque según los expertos existen casos en toda América Latina, Europa y Estados Unidos, según el especialista peruano Jaime Antezana, en Bolivia «hay altos oficiales de la Policía que se han visto involucrados en esto».
Explicó que existen policías corrompidos que, en lugar de controlar el tráfico de droga, se dedican a «‘ranchar’ (voltear) la droga y la venden a otra firma, en ese sentido, se convierten en narcopolicías, pero también hay policías que son parte de organizaciones criminales dedicadas a este ilícito y no solo a ‘rancharse’, sino que tienen su propio cargamento».
Agrega que hay otros policías que se dedican a cobrar por «cupos», es decir, «para permitir que la droga pase o que salga en vuelo. Yo creo que esas tres cosas ocurren en Bolivia, pero hay una diferencia aquí en Perú no se ha encontrado a un policía de alta graduación involucrado en cualquiera de esas labores».
Expansión
A las políticas que benefician al narcotráfico y a los narcopolicías se suma que la dinámica del narcotráfico se va expandiendo y ocupa regiones más pobladas. En estas los mismos habitantes realizan una especie de cobertura o encubrimiento, como sucede en el Ayllu Qaqachakas en Oruro o como se vieron involucrados indígenas del pueblo ayoreo en Cuatro Cañadas, Santa Cruz.
A inicios de abril, la fuerza antidroga intervino cuatro hangares en un aeródromo ubicado en el municipio de Cotoca . Se precintaron 67 avionetas, se secuestraron armas de fuego, municiones y teléfonos satelitales.
En mayo, indígenas de una comunidad ayorea en Cuatro Cañadas, Santa Cruz, robaron un cargamento de droga a narcotraficantes que trasladaban la sustancia hasta una pista clandestina para enviarla, según informes de la Felcn, a Brasil.
La Fiscalía señaló que esta zona prácticamente era resguardada por indígenas, quienes no permitían el ingreso de personas «ajenas».
«Según manifiestan hay lugares como para hacer caza, pero no los dejaban entrar porque era muy celosas las personas que cuidaban esta propiedad y ahí tenemos el resultado. ¿Por qué era el celo?, porque en esa propiedad se ocultaban sustancias controladas, donde operaba una organización criminal», dijo el fiscal de Santa Cruz, Jorge Mariaca.
El cambio en la dinámica del narcotráfico, de pasar de estar «escondida» a ubicarse en centros poblados con resguardo de sus habitantes, según el experto peruano, explica por qué «Bolivia es un eje muy importante para el manejo de la droga hacia Brasil para el consumo interno y de ahí para posteriormente llevarlo a Europa y Asia».
El expolicía francés Francois Barbieri indicó que esta ubicación geográfica de Bolivia está en la mira de los cárteles de narcotráfico. «Los cárteles extranjeros están trabajando en Bolivia y no solamente sus representantes. El Gobierno boliviano siempre ha dicho que son emisarios, no es la verdad».
Explicó que «los pequeños laboratorios, las fábricas de cocaína son de familias boliviana que se dedican a eso, pero los laboratorios de cristalización, los megalaboratorios funcionan con el financiamiento de los cárteles mexicanos».