La irrupción de internet con las páginas web y las redes sociales permiten hoy crear perfiles y utilizarlos de acuerdo a los intereses de cada uno. Pueden usarse para la comunicación con amigos, conocidos, hacer negocios y hasta ayudan a los políticos en sus campañas y propagandas de gobierno.Pero, como contrapartida, este mundo virtual es también una herramienta para cometer ilícitos, ataques anónimos, y para hacerse pasar por otro, ya sea como una simple chanza o con malas intenciones.Los especialistas aseguran que el robo de identidad en las redes y la creación de perfiles falsos, es un peligroso y preocupante fenómeno en crecimiento.Estas cuentas apócrifas empezaron siendo un problema del que eran víctimas en sus comienzos, casi solamente los famosos. Y, quienes más lo padecieron y padecen son Luisana Lopilato, Susana Giménez y Marcelo Tinelli. Gran cantidad de cuentas que no son oficiales aparecen con estos nombres en la web. Pero ahora ya se avanza también sobre la gente común.»El delito de robo de identidad virtual no está identificado como tal, por eso genera que crezca», explica Sebastián Bortnik, gerente de educación y servicios de Eset Latinoamérica, empresa que brinda softwares de seguridad.El especialista señala que por un lado están quienes cometen estos ilícitos con fines redituables.»Son quienes podemos catalogar como delincuentes informáticos. Usan el robo de identidad para sacar créditos, tener acceso a una cuenta bancaria, lo usan como herramienta de contacto para cometer delitos sexuales como pedofilia».»Muchas veces no actúan en forma directa cometiendo estos delitos, pero son quienes venden esta información, son datos que tienen mucho valor. Como en Internet se cargan cada vez más datos, esta situación crece».Bortnik indica que en otra esfera aparecen casos de robo de identidad para difamar a otra persona. «Se arma un perfil falso para dañar al otro, es algo que ocurre mucho».El especialista, que forma parte de la ONG Argentina Cibersegura, que alerta sobre estos problemas, cuenta que hace poco en un programa de radio del que participa entrevistaron a un periodista rosarino que había sido atacado por Internet.»Le armaron toda una página web presentándolo como pedófilo, sufrió una grave difamación. Es por este motivo que por casos como estos y muchos otros estamos luchando para que el robo de identidad digital se tipifique como delito».»Es difícil avanzar -continúa Bortnik- sobre las leyes del mundo virtual. Si bien en 2008 se avanzó con la ley de delitos informáticos, aún falta ampliar la legislación».EN TRANSICIONBortnik dice que este tipo de delitos es más frecuente de lo que se piensa. «Somos una generación en transición. Todavía estos ilícitos nos llaman mucho la atención cuando pasan pero entiendo que lamentablemente llegaron para quedarse».»Y así -agrega- como hoy es como un delito común que vemos a diario el robo de una billetera por parte de un punga, pasará lo mismo en un tiempo con el robo de identidad en internet, por eso hay que estar preparado».Para prevenir estos delitos, explica el investigador, se pueden tomar algunas medidas. «Primero hay que cuidar la información que subimos a Internet. Pasa que a veces se excede con las cosas que se suben a la red. No hace falta subir todas las fotos, decir a cada rato en que lugar estar uno, cuando nos vamos de vacaciones».También recomienda aunque no la usemos cotidianamente, formar una identidad digital. «Es preferible tener un perfil en Facebook, Twitter. Esto incluso sirve porque si alguien pone un perfil igual, ya tus contactos te conocen, se van a dar cuenta que no es el verdadero».Marcelo Temperini, abogado y especialista en derecho informático coincide con Bortnik al afirmar que el robo de identidad es uno de los temas de más crecimiento en Internet.»Esto se ve potenciado porque cada vez más afecta a la persona común. El crecimiento de las redes sociales ha hecho que casi toda la gente hoy tenga un perfil en Facebook y entonces muchos datos de la vida real se suben a estas redes».Temperini indica que le ha tocado intervenir en casos de injurias y afectaciones a la imagen que ocurren cotididianamente en Facebook. «Se abren perfiles falsos para injuriar, dañar a otra persona».Por estos días Temperini, que es socio de Asegurarte, una empresa que realiza investigaciones digitales, trabaja ayudando a un psicólogo del sur del país agredido y difamado por la web.»En este caso una persona abrió un perfil falso, no de mi cliente, para hablar mal de él. Lo acusa de que tiene Sida y es pedófilo. Ya hizo varios amigos en Facebook. Estos mensajes una vez que se lanzan no tienen límites, por eso suelen generar daños irreparables».PROYECTO DE LEYTemperini está trabajando en un proyecto de ley para que se trate en el Senado de la Nación que tipifique el delito de suplantación de identidad digital.»Hoy si una persona se hace pasar por otra en Internet, como hay un vacío legal no comete delito» cuenta el experto, quien relata otro caso de difamación.»Nos tocó también investigar el caso de un político de una ciudad del interior del país a la que se le generó un perfil falso. Juntó rápidamente más de 300 amigos, empezaron las difamaciones. El tema es que no es fácil encontrar quien genera este perfil, lleva su tiempo».Además de los perfiles falsos, muchas veces se «meten» en la cuenta de la persona, lo que se denomina «hackear» la cuenta. «Esto pasa mucho con los famosos. Toman la cuenta de twitter y escriben barbaridades en nombre de esta persona de renombre».La ley de delitos informáticos que lleva el número 26388 en sus artículos 153 y 153 bis contempla estos ataques. «La violación de mails, jaqueo de cuentas está penado, pero crear un perfil falso de una persona no», dice Temperini.El experto señala que el proyecto de ley en el que trabaja contempla que se tipifique como delito solo si se hace con la intención de dañar a esta persona o estafarla. «Si se abre con un sentido humorístico, sin daño, no entrará en el encuadre penal», dice el socio de Asegurarte.El proyecto fijaría penas de seis meses a dos años de prisión o una multa económica. «Por la experiencia vemos que en muchos casos los difamadores son ex parejas o ex empleados. Muchas veces se los descubre y no se llega a instancia judicial, el quedar al descubierto ya lo amedrenta a seguir molestando».Al igual que Bortnik, como medidas preventivas, el abogado recomienda no cargar tantos datos propios o de los movimientos diarios en las redes. También generar un perfil propio en las redes más conocidas.Temperini agrega que es importante escribir contraseñas fuertes para entrar a los perfiles, no caer en nombres y datos fáciles de averiguar. «A veces ponemos el nombre del perro, la pareja, el hijo, esto es muy fácil de descubrir para un hacker».Lo mismo con las preguntas de seguridad para recuperar una contraseña. «Tratar de poner cosas que no sepa todo el mundo, aunque la pregunta sea muy obvia, usar una respuesta que no sea fácil de hackear».El experto también recomienda no conectarse a una red social o al correo electrónico desde otro vínculo. «Hay que ir a la web directa no abrirlo desde un contacto, porque a veces se ingresa a páginas falsas que sacan información».
*Laprensa.com.ar
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