Existe ya una preocupación internacional sobre el uso de las criptomonedas no solo por los efectos de su falta de regulación, que pueden llevar a una inestabilidad o manipulación del mercado hasta los fraudes financieros, sino también por los riesgos fiscales asociados.
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Entre los riesgos asociados con el uso generalizado de la criptomoneda se encuentra el hecho de que las personas y las empresas podrían eludir fácilmente los sistemas de moneda fiduciaria (sistema basado en la confianza o fe en la valoración de monedas o billetes) en las transacciones diarias que ocurren a nivel nacional o que involucran a múltiples países.
Esto podría generar ingresos acumulables, bienes o servicios sin estar sujetos a una carga fiscal similar a la carga de utilizar una moneda fiduciaria.
Se han detectado dos componente del riesgo fiscal y tributario en los países:
- falta de normas sustantivas que sometan a impuestos a las actividades económicas relacionadas con las criptomonedas, ya sea el ISR o el IVA, y
- se han adoptado normas fiscales sustantivas para hacer frente a las criptomonedas, pero se carece de las herramientas para controlar el cumplimiento de sus contribuyentes debido al anonimato y a la naturaleza descentralizada de los sistemas de criptomonedas; se tendrá que confiar en gran medida en la auto declaración voluntaria de los contribuyentes
Como ha demostrado la historia en el caso de los ingresos pasivos y el secreto bancario, la brecha fiscal entre los ingresos efectivamente declarados por los contribuyentes y los ingresos imponibles solo puede reducirse si las autoridades fiscales tienen las herramientas para obtener la información de terceros a menudo situados en el extranjero.
En el caso de las criptomonedas el cumplimiento dependerá en gran medida de la destreza de los instrumentos internacionales y la asistencia administrativa e intercambio de información.
Actualmente la regulación de las criptomonedas varia significativamente entre los países, esto genera un tratamiento fiscal incierto. Los enfoques actuales de los gobiernos hacia las criptomonedas se pueden clasificar de la siguiente manera:
- ignorar. Algunas jurisdicciones aún no han emitido normas que aborden los impuestos y otras cuestiones regulatorias en torno a las criptomonedas
- monitorear. La mayoría de los países han comenzado a monitorear el mercado local de criptomonedas con el propósito de emitir regulaciones en un futuro cercano
- prohibición general. Han tomado medidas prohibiendo el uso de monedas virtuales; incluyendo la compra y venta de monedas virtuales y su uso como medio de pago, incluso ciertas actividades relacionadas con las criptomonedas como el funcionamiento de un intercambio de criptomonedas y en algunas jurisdicciones han prohibido a las instituciones financieras participar en actividades relacionadas con las criptomonedas y en actividades que faciliten a otras partes, y
- emitir reglas. Han expedido regulaciones que permiten el uso de criptomonedas
Dada su naturaleza como medio de pago la criptomoneda puede caracterizarse como una forma de propiedad para efectos fiscales, ya sea un activo intangible, un activo financiero o una mercancía como tal. Varios países tratan las transacciones de criptomonedas como eventos que generan ganancias de capital imponible, otros tienden a tratar a la criptomoneda como propiedad y no como una moneda para efectos del ISR.
